Hace unas semanas recogía la prensa la agresión al alcalde de la Zarza, D. Francisco Martín, por parte de un vecino que le acusaba de colocar “a dedo” a trabajadores. Acusación desmentida por el alcalde, quien ha presentado parte de las lesiones y la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil. Este es el relato sucinto de los hechos. Coger a un alcalde por el cuello lanzándolo al suelo, es un comportamiento delictivo e injustificable.
Lo que tampoco nos parece atinado es la respuesta dada por el señor Martín, al explicar que las colocaciones vienen diseñadas desde la Diputación o desde el SAE (Servicio Andaluz de Empleo). Esto, aparte de eludir responsabilidades por arriba, nos parece difícilmente creíble.
En todo caso lo que puede, o debe, proponer Diputación o el SAE, es una terna entre los candidatos que reúnan un perfil determinado, y que de esa preselección la última y definitiva palabra la tiene la Corporación, o el alcalde. Estaría bueno que teniendo que lidiar los asuntos del municipio, para lo bueno y lo malo, tuviera que aceptar que el reparto del escaso empleo que se generan en nuestros pueblos venga ya definido con nombres y apellidos desde la Diputación. ¡Vamos, si en nuestra comarca no vamos a tener autonomía para gestionar estos asuntos, y sí para acatar lo que venga impuesto desde Diputación, es para coger los bártulos, el carné y el acta, y devolverlos inmediatamente a la vista de los vecinos!.
Pero cosas mas gordas están ocurriendo delante de todos nosotros y no parece que esto vaya a parar. Los ánimos se caldean, se pierden los papeles, el decoro y la vergüenza. Parte del problema habría que buscarlo en nosotros mismos, que parece que solo aspiramos al subsidio que gestionan los ayuntamientos. También en quienes están al frente de ellos, que suelen abandonar palabras e intenciones cuando llegan al cargo, y como nuestra memoria es frágil, cada cuatro años se nos olvidan las promesas incumplidas. Solución: exigir un día sí y otro también, luz y taquígrafo, pelos y señales; pues si somos mayorcitos para saber lo que nos conviene, también lo seremos para decirle a quienes nos representa si nos engaña o no. (Pero con modales)
Lo que tampoco nos parece atinado es la respuesta dada por el señor Martín, al explicar que las colocaciones vienen diseñadas desde la Diputación o desde el SAE (Servicio Andaluz de Empleo). Esto, aparte de eludir responsabilidades por arriba, nos parece difícilmente creíble.
En todo caso lo que puede, o debe, proponer Diputación o el SAE, es una terna entre los candidatos que reúnan un perfil determinado, y que de esa preselección la última y definitiva palabra la tiene la Corporación, o el alcalde. Estaría bueno que teniendo que lidiar los asuntos del municipio, para lo bueno y lo malo, tuviera que aceptar que el reparto del escaso empleo que se generan en nuestros pueblos venga ya definido con nombres y apellidos desde la Diputación. ¡Vamos, si en nuestra comarca no vamos a tener autonomía para gestionar estos asuntos, y sí para acatar lo que venga impuesto desde Diputación, es para coger los bártulos, el carné y el acta, y devolverlos inmediatamente a la vista de los vecinos!.
Pero cosas mas gordas están ocurriendo delante de todos nosotros y no parece que esto vaya a parar. Los ánimos se caldean, se pierden los papeles, el decoro y la vergüenza. Parte del problema habría que buscarlo en nosotros mismos, que parece que solo aspiramos al subsidio que gestionan los ayuntamientos. También en quienes están al frente de ellos, que suelen abandonar palabras e intenciones cuando llegan al cargo, y como nuestra memoria es frágil, cada cuatro años se nos olvidan las promesas incumplidas. Solución: exigir un día sí y otro también, luz y taquígrafo, pelos y señales; pues si somos mayorcitos para saber lo que nos conviene, también lo seremos para decirle a quienes nos representa si nos engaña o no. (Pero con modales)
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