martes, 4 de septiembre de 2018

CORRALES, 100 ANIVERSARIO DEL CASINO MINERO.



El pasado mes de Junio fue organizado por el Casino minero de Corrales una fiesta para conmemorar los 100 años de su apertura: 1918-2018. Por lo que nos cuentan, el acto fue emotivo y alegre, con la participación de los socios, que recrearon la efemérides con indumentaria similar a la de aquella época.
Previamente se descubrió una placa recordando aquella fecha de 1918. Después se procedió a degustar los aperitivos que los propios socios habían elaborado, acompañados de té y otras bebidas.
Estos Casinos, o círculos mineros que la Tharsis Sulphur sufragó en los tres centros: Tharsis, La Zarza y Corrales, se adelantaron muchos años al resto de Casinos de la provincia.
Lo que los hacía diferente es que la propia empresa se encargaba de su construcción y dotación. El de Tharsis, hasta los años 30, constaba de mesa de billar, pianola, proyector de cine para películas mudas, y de una excelente colección de libros. Posteriormente, con la llegada de la radio, se instaló un aparato de radio a válvulas, con tanto éxito, que venían andando desde Alosno para escuchar las retransmisiones de los partidos de fútbol.
Aunque fueron construidos para el disfrute de los trabajadores, el staff directivo debió contar mucho antes de un casino mas exclusivo y elitista, situado en los aledaños de sus viviendas. Ya pusimos aquí la fotografiá de la demolición del Casino inglés de Tharsis en los años 60, que denota una construcción bien antigua, seguramente no muy lejana al traspaso de Mercier a los ingleses en 1866.
Pero si importante fue que estos poblados mineros dispusieran de algún centro de ocio, igual de importante fueron otras construcciones financiadas por la Compañía: iglesia, cementerio, hospital, mercado; y lo mas importante, casas. Pero su construcción, o mejor, su escasa construcción de viviendas, motivó siempre un grado de conflicto entre empresa y trabajadores.
Tanto los edificios como las infraestructuras necesarias para vivir en los poblados mineros fue responsabilidad de la empresa. Suministrando agua y electricidad. Agua, perforando pozos cuando la combustión de las teleras hacía que el agua potable escaseara y la depuración ni se contemplaba. Electricidad desde la central eléctrica a las casas. El mercado, siempre surtido de productos, unos traídos por ferrocarril a partir de 1871, y otros directamente por los propios agricultores a lomos de caballería desde Cartaya, Lepe, o Gibraleón.



Esta responsabilidad asumida por la empresa debió tener dos objetivos, no por ellos despreciables: 1) Fijar a la población. En la medida que vivienda, comida y ocio estuvieran minimamente cubiertos, residir en el poblado sería atractivo. Ya en los comienzos de la minería, la empresa sufría el abandono de mano de obra en la época de la cosecha. Igualmente, la autosuficiencia a la que se vio abocada por la lejanía de centros industriales y el coste de los transportes, la persuadió a asumir la reparación de maquinas y la fabricación de piezas; donde los modelos en madera expuestos en el museo es un claro ejemplo. De ahí que instruyera a una población eminentemente agrícola para dotarse de mecánicos, carpinteros, fundidores, maquinistas, fogoneros, etc.
2) Rentabilizar la inversión económica. Poner en explotación unas minas creando tres centros mineros y unirlos por ferrocarril, fue una verdadera revolución industrial. Sus planes incluían conseguir estabilidad social, que pretendían conseguir creando casinos, teatros, hospitales, bandas de música, o economatos. Pusieron en explotación estas minas para sacar el máximo rendimiento a nuestras materias primas y a nuestros antepasados. Que el Casino fuera un elemento más para fijar a la población y alejarla de pulsiones contestatarias o revolucionarias, también es evidente. Y a pesar de toda esta ingente infraestructura la Compañía sufrió huelgas y sabotajes.
La celebración de estos 100 años del Casino minero de Corrales es un hecho histórico que los vecinos han recordado oportunamente. Si orgullosos estuvieron nuestros padres y abuelos por considerarse mineros, que menos que recordemos el aniversario de un centro que fue importante en sus vidas y les permitió, de alguna manera, evadirse de su duro trabajo.
Olvidarse de donde venimos, nos puede conducir a tomar malas decisiones.

José Gómez Ponce
Septiembre 2018