jueves, 9 de julio de 2015

¡Vaya calor!



Julio siempre nos ha parecido el mes más caluroso del año,  el de las noches de agobio y horas en vela. El paisaje, más verde en la Semana Santa, cambia al amarillo de los pastos, al canto de las "chicharras" y al peligro de incendio.
Aunque lo combatimos con aires acondicionados, las visitas a la playa o la piscina, siempre esperamos que la noche suavice la temperatura, porque el insomnio pone mal cuerpo a cualquiera.  
Pero más que de la momentánea ola de calor, de lo que llevamos recibiendo información es sobre Grecia. País soberano donde nació la democracia, y por  lo que estamos viendo, si  no inventaron  también  la picaresca parece que la practican tanto o más que nosotros. Si despreciamos a los corruptos de aquí, no podemos aplaudir y justificar a los trileros de allí.  
Al menos nosotros la elevamos a género literario, representativa de nuestro Siglo de Oro.
También es el mes de la Velada, que este año promete calentita. Sobre esta fiesta ya tenemos varios artículos publicados, incluida una aproximación histórica.

Os deseamos que lo paséis estupendamente bien, y aprovechamos para despedirnos hasta el mes de septiembre que volveremos por aquí.
Hasta entonces, que seáis felices.  


jueves, 2 de julio de 2015

VIAJANDO GRATIS


La época veraniega es propicia para viajar. Se cruzan regiones, países, o continentes, para satisfacer curiosidades, experiencias, o creer pasarlo bien. También para visitar a familiares o reencontrarse con viejas amistades
Por estas fechas suelen acudir emigrantes que salieron un día, hace años,  para visitar a los escasos familiares que aquí les van quedando. Se intercambian saludos, opiniones, y se comentan anécdotas.  Y es que nuestros pueblos se fueron despoblando por la emigración. La búsqueda de un futuro que era imposible alcanzar viviendo junto a sus padres, desplazó a gran parte de la juventud a otras ciudades. Incluso familias enteras  marcharon  a otras regiones porque los padres diagnosticaron un triste futuro para sus hijos.
Aunque esta posibilidad de salir de los pueblos viajando se les ofrecía cada año a los jóvenes, en un viaje obligatorio y sin poder elegir destino. El Servicio Militar te llevaba hasta donde tú no querías,  no sólo por un mes, los del verano; por un año o más. Y cada ansiado permiso regresaban de nuevo a casa, pero igualmente se estaban preparando, sin saberlo, para un viaje sin retorno.

Esta es la foto de nuestros “quintos” delante de la casa del médico, preparándose para viajar gratis.