viernes, 13 de febrero de 2009

UNO ENTRE 46.800, Y MÁS


Juan y Maria son un matrimonio que trabajan fuera de casa. Tienen dos hijos. Al igual que la mayoría de familias, recurren al crédito para financiar muchas de sus compras. Maria, bastante juiciosa, le había comentado a Juan que no deberían solicitar más créditos, pues tenía noticias que su empresa estaba perdiendo mucha clientela, y eso repercutiría en su empleo. Juan, más lanzado y optimista, persuadía a Maria de lo infundado de sus temores y continuaron renovando su casa: nuevo frigorífico, ampliación del cuarto de baño, habitación de los niños, y un televisor de plasma. El banco les seguía concediendo crédito, la presentación de una nomina, dos en este caso, les conducía directamente al despacho del director de la sucursal. El banco, aunque también barruntara tormenta, recibía, por activa y por pasiva, los análisis del Gobierno: Nuestra economía está preparada para afrontar cualquier crisis. Estamos en la Champions League. Adelantaremos a Francia e Italia...
Todas las Marías eran despreciadas por derrotistas, agoreras, antipatriotas y otras lindezas. No transcurrieron doce meses desde los temores de Maria, cuando Juan recibió una carta certificada de su empresa, comunicándole que desde el día 1 se extinguía su relación laboral. Pasando así a la condición de desempleado.
Actualmente se le ha acabado la prestación por desempleo, y en la oficina que gestiona la Junta forma cola con muchas más personas, regresando a casa más desanimado aún. Ya han tenido problemas para pagar algunas mensualidades del préstamo. Aunque el banco le arregló los papeles para que pagaran una sola letra, donde le incluían el primer préstamo hipotecario por la vivienda, y el segundo por adquisición de mobiliario; su importe se lleva casi todos sus ingresos.
Juan se lamenta, ahora, de no prestar atención a su mujer en su día, lo que les habría ahorrado bastante dinero. Igual le dice el director de la sucursal; que su banco tiene que devolver mucho dinero, que debieron tener en cuenta los informes que hablaban de desaceleración y de crisis, pero ni el Banco de España, ni el Vicepresidente, Pedro Solbes, corroboraban estos informes, sino todo lo contrario.
Maria le comenta a Juan lo último declarado por el presidente del Gobierno: que se va a incrementar la cobertura por desempleo, "sea cual sea el número de parados". O que no se puede predecir, refiriéndose a la crisis, cuando se empezará a ver "la luz al final del túnel".
-¡Pero este tío cree que el Gobierno es un acaudalado que puede derrochar su patrimonio cómo le venga en gana!. ¡Si el Gobierno el único dinero que tiene es el que recauda de unos para dárselo a otros!. ¡La madre…
(Lo que siguió replicando Juan, a las declaraciones del Presidente, no es reproducible)

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