jueves, 8 de noviembre de 2012

LAS MINAS DE LA PROVINCIA DE HUELVA. (1875) Y 3ª


En Inglaterra, donde principalmente van estos productos, se fabrican con las piritas, en primer lugar, ácido sulfúrico, que, con la sal común, forman el sul­fato sódico, producto intermedio para obtener princi­palmente el carbonato sódico ó barrilla artificial. Con el tiempo se podrá hacer una pequeña parte de esto aquí; pero para la fabricación, el peso del carbón nece­sario es mayor que el de las piritas, y por consiguien­te se llevan las piritas donde está el carbón.

Las barrillas obtienen colocación  inmediata en aquel país eminentemente industrial y poblado, y aquí tendríamos que buscar mercado en países extraños; por otra parte, en esta fabricación hay un producto acce­sorio, que es el ácido clorhídrico, que juntos con los manganesos, se preparan los hipocloritos que encuen­tran en los mercados ingleses consumo para el blan­queo de los tejidos que, como es sabido, surten la ma­yor parte de los mercados del mundo.

Esas industrias, encadenadas las unas á las otras, no pueden traerse á esta provincia, aun cuando, y este es el general error, contenga las primeras materias indicadas necesarias para algunas de ellas.

Mas no porque no se ultime en el país el aprove­chamiento de los productos de estas ricas minas deja de ser muy halagüeño el porvenir de la provincia, que está llamada á ser una de las más florecientes de Es­paña, y el puerto de Huelva uno de los más concurri­dos de buques, como lo revela que las Compañías ex­tranjeras, en cambio del mineral que se llevan, deja­rán en breve sobre 100 millones de reales al año  solo en sueldos y jornales. ¡Cien millones! que se esparcen por toda la provincia, fomentando las industrias, el comercio y la agricultura. Huelva, aquel puerto soli­tario y casi desconocido en España, que veía única­mente lanchas de pescadores en sus aguas y alguno que otro laúd que hacia el cabotaje, ha tenido el año pasado un movimiento de 400 buques, que han traído mercancías bastantes para producir al Tesoro, por la renta de Aduanas, 1.502.451 pesetas, y á llevarse mi­nerales que han creado en Inglaterra valores que ex­ceden de 100 millones, dando impulso á las fábricas de productos químicos, que no solamente encuentran en las piritas 2,50 por 100 de cobre, 48 por 100 de azufre y una cantidad considerable de hierre; sino que últi­mamente extraen también una cantidad de plata.

Al examinar esos datos, al reflexionar el movimien­to minero de esta provincia, al ver el valor que toma la propiedad, signo cierto de progreso y bienestar, a ver la agricultura desarrollarse con la exportación de frutas y particularmente de vinos, al considerar que tan pronto como esté terminada la carretera de Extre­madura, Huelva será el puerto natural de esas riquí­simas provincias agrícolas, y con el ferrocarril que enlace el puerto con Sevilla, entrará Huelva en la vida mercantil de España, no podemos menos de exclamar poseídos de patriótico entusiasmo: ¡Loor á los prime­ros, modestísimos mineros españoles que, allá por el año de 1845, dieron á conocer á propios y á extraños el riquísimo maravilloso subsuelo de esta zona meta­lífera! ¡Loor al ingeniero que, más afortunado que el sueco Wolters, ha dejado el sello de su inteligencia en esta provincia, y las huellas imperecederas de su acti­vidad y perseverancia!

Empero, en medio del regocijo que causa ver á un pueblo alejado de las salvajes luchas fratricidas entre­gado al trabajo, pueblo que no contento con la explo­tación de las piritas y de los manganesos, se siente agitar con la idea de encontrar nuevos elementos de riqueza en los cobaltos, el plomo, el hierro magnético y los sulfuros de antimonio, y sobre todo en la explo­tación de los 25 millones de toneladas de silicato doble de hierro y alúmina, que representan las escorias de­jadas por fenicios y romanos, una duda asalta á nues­tro espíritu.

En explotación todas las minas de piritas, ¿tendrán colocación en los mercados? ¿Sobrevendrá una terrible crisis?

El mercado pide de 700 á 800.000 toneladas de pi­rita al año: ¿cuántas exportará la provincia?

En primer lugar, nos decimos, el mercado pide de 50 á 60.000 toneladas más cada año por el desarrollo de las fábricas de ácido sulfúrico y abonos artificiales; en segundo lugar, los Estados Unidos ofrecen un nuevo mercado, y finalmente las minas de Santo Domin­go, que acuden con sus piritas al mercado inglés, dentro de ocho años quedarán apuradas, siendo entonces Huelva dueña del mercado.

Podrán, sin embargo, venir días de prueba, pues la competencia de las minas entre si, podría crear graves conflictos y aun tal vez quiebras ruinosas.

¿Cómo evitarlo?

¿No se han explotado estas minas por medio de la asociación? Mediante esa asociación, ¿no cuentan hoy las compañías con un capital de 1.000 millones? Pues aplíquese ese mismo principio. Mediante la fusión de Rio-Tinto y Tharsis, y la compra, bajo la forma más conveniente, del resto de las minas, podrían conjurar­se esos días de conflicto y asegurar la suerte de los cuantiosos capitales invertidos, y el bienestar de esta provincia.

¡Quién sabe! Tal vez esa idea soltada en este mo­destísimo trabajo, hecho á vuela pluma, encuentre acogida entre los mineros y dé con el tiempo un útil resultado.

El dátil, arrojado al azar en el desierto, suele con­vertirse en la esplendida palmera del oasis, bajo cuya copa se cobija la cansada caravana.

 Fernando de Antón. (Gaceta industrial).

Huelva, Mayo de 1875

 

 

 

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