Recordando el tipo de familia
que, allá por los años 60, configuraban la mayoría de la población de Tharsis,
comprobamos que las circunstancias han cambiado bastante a las de hoy día. En
aquellos años era frecuente ver núcleos familiares formados por 5 y más
personas, teniendo sólo en cuenta a padres e hijos. En muchas otras, también
los abuelos formaban parte del núcleo familiar.
Lo habitual era que el padre trabajara y la madre se
dedicara al cuidado de los hijos y del hogar. Y cuando convivían los abuelos,
eran atendidos con igual cariño y aceptados como un miembro más, a quien
queríamos y respetábamos.
Al ser la principal actividad
la minería, todas las familias dependían de las viviendas que la Compañía
destinaba a los obreros, que a partir de los “cuarteles” se fueron adaptando a unos mínimos de comodidad. Así,
en los años 60 ya estaban construidas la mayoría de las nuevas viviendas que reunían requisitos de habitabilidad:
Plaza de San Benito, C/ Doctor Fleming,
alrededores de la Iglesia. Aunque este asunto ha constituido motivo de conflicto durante
muchos años, similar al de otros poblados mineros.
Aun así, muchas viviendas no
disponían de agua corriente y había que ir al grifo más cercano o al filtro
para el consumo. Ni se disponía de cuarto de baño, donde el aseo, a falta de
ducha o bañera, lo suplíamos con la palangana o la panera, y para las
necesidades teníamos que andar a las letrinas que se instalaron en varios
lugares del pueblo.
Aunque nuestras familias no
disponían de lo mínimo si lo comparamos con los estándares de hoy, sí se daba entre ellas una situación
de armonía y convivencia que se hecha en falta hoy día en muchos aspectos.
Familias donde aprendimos los valores que nos ayudaron a madurar y definir
nuestra personalidad: esfuerzo, honradez, respeto. Y donde siempre podíamos
acudir ante cualquier problema.
En los tiempos que corren, con
las dificultades económicas y sociales que padecemos, la familia representa un
salvavidas para tantas personas golpeadas por el desempleo, la enfermedad, o la
marginación. Por eso recordamos con cariño a tantas familias que, aunque muchas
ya no están entre nosotros, lucharon
para prosperar, y ante situaciones
adversas hicieron de la necesidad virtud.
Aquí le rendimos este pequeño
homenaje.
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