Sobre
la genealogía de Tharsis, y edición frustrada.
Creo
que sería interesante cierta investigación sobre nuestra genealogía
centrada en nuestros apellidos y su procedencia. Cualquiera de
nosotros si retrocede en su árbol genealógico encontrará lugares y
apellidos venidos de otras provincias de España, así como de
Portugal. Hay apellidos entre nosotros que han venido desde cientos
de kilómetros de distancia, y aunque muchos los compartimos con los
pueblos más cercanos: Alosno, La Puebla, Villanueva de las Cruces,
etc; otros muchos podemos constatar que son compartidos entre
personas bien lejanas. Poniéndome yo de ejemplo, que aunque tengo
una abuela de Alosno y un abuelo de Puebla de Guzmán, también tengo
una bisabuela apellidada Mantecón Rasilla y que se desplazó desde
Torrelavega, Santander, donde había nacido.
Esta
confluencia no sólo de apellidos, también de costumbres, creencias
y expectativas; fue posible por lo que considero que se produjo con
la visita de Deligny: la revolución industrial en el Andévalo. El
reconocimiento y puesta en explotación de los “grandes
escoriales del Alosno” dio lugar a un importante flujo migratorio
que se irradió a toda España.
Aunque
la especialidad de Deligny no era la minería, ya que él acudió a
Asturias para trabajar en un trazado ferroviario, cuando decidió
poner en explotación unas minas que estaban abandonadas desde hacía
siglos, comprobaría la escasa o nula experiencia minera de los
pueblos de alrededores, y debió buscar colaboradores fuera de la
provincia o traerlos de Francia.
Esa
necesidad de mano de obra hizo posible que miles de personas se
movilizaran para acudir al extremo sur de España en búsqueda de
trabajo. Hoy nos puede parecer de lo más normal el desplazamiento
desde cientos o miles de kilómetros con los medios de transportes
que tenemos, pero en el siglo XIX viajar, si acaso, a lomos de
caballería, no estaba al alcance de cualquiera, y la única forma de
llegar a los sitios era caminando.
Hay
historias curiosas de estas dificultades pasadas por nuestros
primeros pobladores para llegar hasta Tharsis en busca de trabajo: de
caminatas a pie durante días; del familiar o pariente que trajo a
otro a trabajar; y de otros que cambiaron trabajos escasos y peor
retribuidos para ejercer de mineros.
Los
pueblos a menor distancia de la explotación tenían su ventaja para
una afluencia masiva de emigrantes, y sus apellidos se establecieron
en el poblado registrados como nuevos mineros, por lo que creo que
tanto Alosno como la Puebla, comparten muchos apellidos con Tharsis.
Alosno por una especial particularidad aparte de la menor distancia:
1) la mayoría de los denuncios se efectuaron en su término, donde
muchas gestiones administrativas pasaban por su Ayuntamiento y donde
se divulgaría primeramente la puesta en explotación de las minas.
2) Igualmente, en su municipio debieron residir el equipo directivo,
incluido capataces, en búsqueda de alojamiento; lo que dio más
oportunidades a la contratación de otros profesionales; muleros,
carreteros, o arrieros. 3)Y no menos importante, que fueron
alosneros, según Deligny, quienes le ayudaron económicamente. A
este respecto no se puede olvidar al gran cacique y alcalde de
Alosno, D. Francisco Limón Rebollo, pues si él y otros familiares
ofrecieron su apoyo para la explotación minera, igualmente bien
podían interceder para que un familiar, o alguien recomendado,
fueran aceptados para trabajar de mineros.
Hace
tiempo comenté este asunto de los apellidos con Mario Monterroso,
que ejerce de sepulturero en Tharsis, me confirmó igualmente que
encontraba apellidos raros o extranjeros en las lapidas que tenía
encargo de retirar por su abandono. Le pedí que las conservara, y si
las tenía que destruir, al menos les hiciera una fotografiá por si
alguien muestra interés por estudiar este asunto.
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Reconociendo
que sobre Tharsis hay poca bibliografía, pero no porque su historia
no fuera merecedora, quizás por cuestiones más mundanas. Si hace
unos meses ya me refería a que por fin, íbamos a contar con la
traducción de un libro que trataba en bastante profundidad la
historia de Tharsis; el de S.G. Checkland, la alegría se ha
transformado en desilusión. Editar en español el libro “The
Mines of Tharsis. Roman, French and British Enterprise in Spain”,
por ahora ya no es posible, a pesar que su traducción estaba
finalizada hacía tiempo por una persona capacitada y conocedora de
la minería en la provincia de Huelva. Y que ademas esta traducción
lo ha sido de forma desinteresada. Hasta donde me informan, el
escollo parece estar en que los herederos de Checkland tienen la
propiedad intelectual sobre la obra, y exigen una compensación
económica. Algo lógico de entender y que la Ley ampara. Desconozco
el montante de la cantidad solicitada por su hija, que al parecer es
a quien se han dirigido desde la Universidad de Huelva, pero que
estando la obra traducida, maquetada, y lista para la imprenta; nos
quedemos en Tharsis, la Zarza y Corrales, sin leer este libro de
nuestra historia, es para explotar de rabia.
Que
instituciones públicas de la provincia, Diputación, Universidad;
que tantos libros y trabajos editan, no se pongan de acuerdo en
conseguir la cantidad necesaria, si es que es ese el único
impedimento, dice bastante de su poca capacidad de gestionar.
Tampoco
es comprensible que dos ayuntamientos directamente descritos en el
libro, Tharsis y Alosno, no hayan manifestado su disposición a
colaborar. Sin embargo, para otras cuestiones, mucho más importante,
claro; hay colaboración y recursos: muchos fuegos artificiales, o
mucha memoria histórica para hurgar en la guerra civil.
P.D.
Feliz
Velada 2018, que bien puede ser que este año coincida con su 120
aniversario.
José
Gómez Ponce
Junio
2018