lunes, 25 de junio de 2018

Sobre la genealogía de Tharsis, y edición frustrada.


Sobre la genealogía de Tharsis, y edición frustrada.


Creo que sería interesante cierta investigación sobre nuestra genealogía centrada en nuestros apellidos y su procedencia. Cualquiera de nosotros si retrocede en su árbol genealógico encontrará lugares y apellidos venidos de otras provincias de España, así como de Portugal. Hay apellidos entre nosotros que han venido desde cientos de kilómetros de distancia, y aunque muchos los compartimos con los pueblos más cercanos: Alosno, La Puebla, Villanueva de las Cruces, etc; otros muchos podemos constatar que son compartidos entre personas bien lejanas. Poniéndome yo de ejemplo, que aunque tengo una abuela de Alosno y un abuelo de Puebla de Guzmán, también tengo una bisabuela apellidada Mantecón Rasilla y que se desplazó desde Torrelavega, Santander, donde había nacido.
Esta confluencia no sólo de apellidos, también de costumbres, creencias y expectativas; fue posible por lo que considero que se produjo con la visita de Deligny: la revolución industrial en el Andévalo. El reconocimiento y puesta en explotación de los “grandes escoriales del Alosno” dio lugar a un importante flujo migratorio que se irradió a toda España.
Aunque la especialidad de Deligny no era la minería, ya que él acudió a Asturias para trabajar en un trazado ferroviario, cuando decidió poner en explotación unas minas que estaban abandonadas desde hacía siglos, comprobaría la escasa o nula experiencia minera de los pueblos de alrededores, y debió buscar colaboradores fuera de la provincia o traerlos de Francia.
Esa necesidad de mano de obra hizo posible que miles de personas se movilizaran para acudir al extremo sur de España en búsqueda de trabajo. Hoy nos puede parecer de lo más normal el desplazamiento desde cientos o miles de kilómetros con los medios de transportes que tenemos, pero en el siglo XIX viajar, si acaso, a lomos de caballería, no estaba al alcance de cualquiera, y la única forma de llegar a los sitios era caminando.
Hay historias curiosas de estas dificultades pasadas por nuestros primeros pobladores para llegar hasta Tharsis en busca de trabajo: de caminatas a pie durante días; del familiar o pariente que trajo a otro a trabajar; y de otros que cambiaron trabajos escasos y peor retribuidos para ejercer de mineros.
Los pueblos a menor distancia de la explotación tenían su ventaja para una afluencia masiva de emigrantes, y sus apellidos se establecieron en el poblado registrados como nuevos mineros, por lo que creo que tanto Alosno como la Puebla, comparten muchos apellidos con Tharsis. Alosno por una especial particularidad aparte de la menor distancia: 1) la mayoría de los denuncios se efectuaron en su término, donde muchas gestiones administrativas pasaban por su Ayuntamiento y donde se divulgaría primeramente la puesta en explotación de las minas. 2) Igualmente, en su municipio debieron residir el equipo directivo, incluido capataces, en búsqueda de alojamiento; lo que dio más oportunidades a la contratación de otros profesionales; muleros, carreteros, o arrieros. 3)Y no menos importante, que fueron alosneros, según Deligny, quienes le ayudaron económicamente. A este respecto no se puede olvidar al gran cacique y alcalde de Alosno, D. Francisco Limón Rebollo, pues si él y otros familiares ofrecieron su apoyo para la explotación minera, igualmente bien podían interceder para que un familiar, o alguien recomendado, fueran aceptados para trabajar de mineros.
Hace tiempo comenté este asunto de los apellidos con Mario Monterroso, que ejerce de sepulturero en Tharsis, me confirmó igualmente que encontraba apellidos raros o extranjeros en las lapidas que tenía encargo de retirar por su abandono. Le pedí que las conservara, y si las tenía que destruir, al menos les hiciera una fotografiá por si alguien muestra interés por estudiar este asunto.
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Reconociendo que sobre Tharsis hay poca bibliografía, pero no porque su historia no fuera merecedora, quizás por cuestiones más mundanas. Si hace unos meses ya me refería a que por fin, íbamos a contar con la traducción de un libro que trataba en bastante profundidad la historia de Tharsis; el de S.G. Checkland, la alegría se ha transformado en desilusión. Editar en español el libro The Mines of Tharsis. Roman, French and British Enterprise in Spain”, por ahora ya no es posible, a pesar que su traducción estaba finalizada hacía tiempo por una persona capacitada y conocedora de la minería en la provincia de Huelva. Y que ademas esta traducción lo ha sido de forma desinteresada. Hasta donde me informan, el escollo parece estar en que los herederos de Checkland tienen la propiedad intelectual sobre la obra, y exigen una compensación económica. Algo lógico de entender y que la Ley ampara. Desconozco el montante de la cantidad solicitada por su hija, que al parecer es a quien se han dirigido desde la Universidad de Huelva, pero que estando la obra traducida, maquetada, y lista para la imprenta; nos quedemos en Tharsis, la Zarza y Corrales, sin leer este libro de nuestra historia, es para explotar de rabia.
Que instituciones públicas de la provincia, Diputación, Universidad; que tantos libros y trabajos editan, no se pongan de acuerdo en conseguir la cantidad necesaria, si es que es ese el único impedimento, dice bastante de su poca capacidad de gestionar.
Tampoco es comprensible que dos ayuntamientos directamente descritos en el libro, Tharsis y Alosno, no hayan manifestado su disposición a colaborar. Sin embargo, para otras cuestiones, mucho más importante, claro; hay colaboración y recursos: muchos fuegos artificiales, o mucha memoria histórica para hurgar en la guerra civil.

P.D.
Feliz Velada 2018, que bien puede ser que este año coincida con su 120 aniversario.

José Gómez Ponce
Junio 2018