jueves, 10 de enero de 2013

DE NUEVO CON VOSOTROS

 
De nuevo con todos vosotros. Año nuevo propósitos nuevos, que se suele decir, aunque los nuestros siguen siendo los mismos. Seguir manteniendo abierto este foro de encuentro, donde nos une un pasado común, vivido por nosotros y nuestros antepasados.


Hacer balance del año es constatar el pesimismo popular de la falta de interés para hacer algo por nosotros mismos. “No tenemos solución”, que sentencia el castizo, donde ponernos de acuerdo entre unos y otros es tarea imposible. En el resto de Europa saben que el más antiespañol es otro español.
 
Un acontecimiento que ha despertado interés más allá de nuestra provincia, relacionado con nuestra historia, es la puesta en escena sobre la salida de los Reyes Magos. Puesta en escena muy bien acogida y que esperan que continúe mejorando en el tiempo. Este pasaje histórico ha cobrado actualidad con la publicación de Benedicto XVI, La infancia de Jesús.
 
Si bien a Joseph Ratzinger se le ha criticado que afirmara que el buey y la mula no estuvieran en el portal, afirmación constatada en los evangelios. Sin embargo se ha interpretado más interesadamente que en la adoración a Jesús participara la nación de Tarsis, que exportaba sus minerales a Israel, a que los reyes “magos” partieran desde Oriente, lo que nos alejaría que uno de los Reyes fuera de Tartesos.
 
Esta polémica alcanza directamente a Ernesto Deligny, lo que nos une a nuestro pasado, al menos a su interpretación conocida. Que la ciudad estado del reino de Tarsis estuviera en el núcleo de población que él designó con el nombre de Minas de Tharsis, no es posible demostrar objetivamente. Ningún descubrimiento arqueológico ha podido confirmar la situación exacta de esta capital. La argumentación de Deligny es en base al topónimo Tarse, dado a la cumbre de la Sierra Ensillada (La Divisa para nosotros) y a los inmensos escoriales que tuvo oportunidad de recorrer. Tanto los de la Huerta Grande como los de Filón Sur, entre otros. Seguramente Deligny hubiera tenido otra posibilidad de bautizar aquellas minas con otro nombre si hubiera conocido los importantes restos romanos hallados posteriormente y que nos relacionan con Ad Rvbras. Al igual que otros topónimos ya empleados de antiguo y mencionados en sus Apuntes Históricos. Tampoco pasamos por alto que muchos registros mineros se bautizaban recurriendo al santoral, a las virtudes teologales, al acuerdo de los accionistas, o a nombres de los más peregrinos. Es el caso de su primer trabajo minero, que conocemos por La Sabina.
 
Esta hipótesis defendida por Deligny, de relacionar el Tharsis actual con el Tarsis Bíblico, no ha podido ser demostrada hasta la fecha. Tampoco se ponen de acuerdo los arqueólogos que en la época romana Tharsis fuera la mansio Ad Rvbras, mencionada en el Itinerario Antonino. Aún no se ha realizado el descubrimiento concluyente que confirme a Deligny. Sin embargo, afirmar que estamos relacionados con Ad Rvbras es defendido por más investigadores.
 
Los restos arqueológico encontrados a lo largo de la explotación minera de Tharsis, desde el siglo XIX, vienen a confirmar que anterior a nuestra Era ya se ejercía la minería, y al parecer con bastante importancia. Los restos de cerámicas, depositados algunos en el Museo de Huelva, y los que había en el primitivo Museo que la Compañía tenia en una de las viviendas de Pueblo Nuevo, así lo atestiguan. Igual de importante fue el collar de oro descubierto por el alemán Niemeyer en una tumba cercana a la corta de la Esperanza, y que calificó de origen tartésico. Estos argumentos y contrargumentos, frecuentes y necesarios en el mundo científico, no tienen por qué alejarnos de futuras y mejoradas puestas en escenas.

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