Un año más la meteorología no acompaña para celebrar un día
de campo, y se recurre a las cercanas y bien acondicionadas casetas de la romería
donde se ha congregado el público a resguardo de la lluvia.
Bien es verdad que el campo está precioso, con los jarales
en flor cubriendo de blanco el cabezo de los Chinos o el Madroñal, y de un
manto verde que se desparrama entre las encinas del Barrito.
Tampoco hemos podido disfrutar de la Banda de música, animadores
castizos de un Sandalio que se precie; ni del café de puchero, hervido al
"rescuardo" de una fogata de leña; o del bollo con el huevo, cargado
de simbolismo.
Esta tradición de acudir al campo el domingo de Pascua en
la fiesta más importante quizás del cristianismo, es un hecho que así como nosotros,
llevan viviendo generaciones pasadas, pero no sabemos desde cuando y
porqué lo festejamos de esta manera. Al igual que otras celebraciones, esta pudo
ser traída de los pueblos vecinos por las familias que se fueron asentando en
Tharsis ante la demanda de mano de obra
para trabajar en la mina.
Checkland en el capítulo sobre la vida en los poblados
mineros, aquí publicado, nos relata otras celebraciones ya desaparecidas
circunscritas al trabajo de los mineros, pero no se habla del domingo de
Pascua.
Nuestra celebración más lúdica, la Velada , sabemos que surgió
de un grupo entusiasta de trabajadores con la colaboración de la Compañía , y en un momento
especial de la historia de España. Lo
que no sería de extrañar que esta peculiar forma de celebrar la Pascua de Resurrección
fuera iniciativa de algunas personas que lo habían vivido en otro lugar.
Fuera como fuese, aquí lo venimos llamando Sandalio, nombre
que se corresponde con un mártir de la cristiandad.
Pero la dicha nunca es completa, porque el Barrito, lugar emblemático
no solo de diversión, es también un ecosistema con encinas centenarias, donde,
desde hace años viene trabajando Paco Volante para la reproducción asistida de
aves insectívoras; tan beneficioso para la biodiversidad y combatir el problema
que padecemos en el Andévalo, "la seca".
Nos comenta Paco que varios nidos han sido destruidos, y ya
tenían su puesta de huevos y se estaban incubando. Esto, que no es más que un
vandalismo y una gamberrada, no se puede permitir. Si los padres y los maestros
tenemos que insistir para que nuestros hijos respeten la flora y la fauna, hay
que ponerse a ello.
Bastante desprecio llevamos ya constatado por nuestro
patrimonio para que también nuestros jóvenes no respeten la fuente de vida que
es la Naturaleza.
Os dejamos algunas fotos de lo animado y celebrado que era
este día.
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