viernes, 5 de marzo de 2010

LA SABINA. 1ª Parte



Ordenando la documentación para escribir de La Sabina, lo primero que nos había llamado la atención es el nombre por el que se conoce este socavón. La explicación más lógica para bautizar con este nombre el primer trabajo de Deligny en 1853, es que en los alrededores hubiera un sabinar, o al menos algún ejemplar, que hiciera identificable el lugar que se había escogido para iniciar la actividad minera. Nombres que ya existían cómo: Sierra de Santo Domingo, o Cantareras de la Reina, no precisaría su ubicación, por lo que pensamos que el nombre del arbusto se le dio a la galería. Aunque bien pudiera existir otra explicación.

Este socavón fue quizás el gran “fracaso” de Ernesto Deligny, que desembocaría, años más tarde, en su salida definitiva de Tharsis, aunque en 1880 acudiera al Lagunazo. No solo le produjo quebranto económico, también de credibilidad. Nota curiosa es que dos años después, en 1855, Deligny utiliza este nombre para fundar una sociedad minera que explotaría las minas de Santo Domingo, en Portugal.

Exponemos a continuación algunos de los argumentos que conocemos, y que están a disposición de cualquiera, sobre lo acertado o no de La Sabina. Argumentos, algunos, que dudan de la pericia de Ernesto Deligny en sus comienzos mineros. Pero han de tenerse en cuenta algunos hechos objetivos que este ingeniero nos refiere en sus Apuntes Históricos, tales comos atajar el problema del desagüe por medio de socavón, lo que permitía ahorrar en sistemas de bombeo, costosos y difíciles de conseguir y mantener.

Esto es lo que, al respecto, relata en sus Apuntes Históricos.

Comparé la superficie de un corte horizontal de los criaderos con la superficie y altura de los escoriales. Calculé que estos, aunque pareciendo pasar de millones de metros cúbicos, correspondían a una profundidad muy reducida en la explotación, o a lo menos a un arranque muy parcial, si los medios de desagüe hubiesen permitido a los antiguos el profundizar sus trabajos. Según la experiencia y la analogía, las masas piritosas debían continuar a una profundidad muchísimo mayor. En fin, Río-Tinto solo podía compararse con lo que tenía a la vista.

***********
En Tharsis y Calañas la cuestión era mucho más difícil. La limpia de pozos antiguos sobre los criaderos, hizo reconocer la existencia de enormes cantidades de aguas detenidas, inagotables con tornos o malacates. Encargué tres máquinas de vapor para arranque y desagüe y empecé dos socavones grandes; uno nuevo en Tharsis, con objeto de recortar todos los criaderos; otro antiguo en Calañas. Así se llegó el verano del 1854 y con él vinieron una serie de tribulaciones. El cólera que castigó tanto a las ciudades de Andalucía, infundió el terror en los pueblos y tan estrechas fueron las incomunicaciones, que el tránsito y las relaciones con Sevilla, se hicieron casi imposibles. Por estos motivos, privado de los maquinistas necesarios, me fue preciso parar los trabajos más importantes en Tharsis, en el momento mismo de llegar a minerales.

Ernesto Deligny. Revista Minera, 1863

 --O--
William P. Rutherford, presidente y gerente de la Compañía de Tharsis, escribió sobre la Sabina en 1953, prologando los apuntes de Deligny:

Echando la vista atrás, con el conocimiento de desarrollo de las Minas de Tharsis desde 1853, se puede apreciar que Deligny cometió un error al disponer hacer un túnel de 591 metros atravesando la sierra de Santo Domingo (Filón Sur). El imponente crestonaje de óxido de hierro que allí existe le atrajo para creer que el túnel cortaría filones de pirita cobriza, pero en este lugar no quedan más que raíces de flores y el túnel denominado “Sabina” pasó por debajo. Dado que el trabajo se hacía a mano y que el explosivo era la pólvora negra, esta obra resultaría indudablemente costosa y dado su resultado negativo no es de extrañar la crítica de la Junta de Vigilancia. Con muchos menos gastos podía haber descubierto mineral en Filón Norte, que después fue la fuente principal de la producción.

--O--

Otra opinión importante, por cuanto su autor escribió detalladamente sobre Tharsis, es la de Pinedo Vara:

Al comienzo de las investigaciones de Deligny se acometió el trazado de un gran socavón denominado La Sabina, de 591 metros, con el cual se atravesó la sierra de Santo Domingo, sobre la que ya hemos dicho está Filón Sur. Se ha censurado esta realización, extremo frecuente cuando una obra no tiene éxito, pero el proyecto de Deligny era lógico, ya que dicho afloramiento es muy llamativo y aquí se encontraban los mayores desniveles y, por tanto los parajes más favorables para explotar y desaguar por socavón.

Isidro Pinedo Vara. “Piritas de Huelva”, editorial Summa, Madrid 1963 (páginas 217-218)

--O--

    

No menos interesante es lo que escribe Checkland S. G., en su libro: “The mines of Tharsis. Roman, French and British enterprise in Spain”

Que Deligny, después de persuadir a su colega Eugene Duclerc para constituir la Compañía de minas de cobre de Huelva en 1855, tampoco consiguen el gran despegue minero de Tharsis, y es que, según el autor, ambos demostraron ser muy poco eficaces en sus cargos directivos: Duclerc como gerente y Deligny ingeniero de la Compañía. Lo que derivó, cuatro años más tarde, a hacerse cargo de la Sociedad Victor Mercier, quien acabó pactando con Charles Tennant en 1866. Por ahora no tenemos la traducción de la opinión que le mereció La Sabina.

--O--


 
Gérard Chastagnaret, profesor en la Universidad de Provenza y director de la Casa de Velázquez, en su libro: L`Espagne, puissance minière: dans: l`Europe du XIXe siècle, editado en Madrid, año 2000, nos relata en… Continuará

2 comentarios:

Lagunazo dijo...

Extremadamente interesante este documento. Más aún teniendo en cuenta las limitaciones impuestas para poder acceder a los archivos de la antigua compañía.
Les felicito por un articulo profesionalmente detallado. Estoy deseando ver su continuación publicada. Saludos y gracias.

Amigos de Tharsis dijo...

Lagunazo, gracias por tu interés. La verdad que el trabajo de este ingeniero es poco reconocido, pero ya expondremos nuestra conclusión. El viernes ponemos lo escrito por un compatriota suyo. Saludos