viernes, 24 de julio de 2009

OTRA VIOLACIÓN MÁS



Ante hechos como este nos inunda una sensación de impotencia, de desprecio infinito a estos sujetos por muy menores que sean; de no querer imaginarnos en la piel de los padres que le han violado una hija, incluso la han asesinado después.
Esta vez ha ocurrido en Huelva, lo que confirma que estos monstruos están por todas partes, que campan a sus anchas. No se sienten cohibidos, ni amenazados. Ni las cortas vacaciones que se van a pegar en un reformatorio a nuestra costa va a modificar lo más mínimo su conducta.
Según relata la prensa, este caso de Isla Cristina no iba a ser menos en bajeza moral, en inmundicia humana de estos monstruos. Actuaron como una jauría de siete lobos en busca de presa. Se valieron del engaño porque uno de los lobos era amigo de la victima. Y sabían además que padecía una discapacidad.
Esto vine a demostrar que ya habita entre nosotros una nueva especie humana. Los menores inmunes a las normas, el derecho y las leyes. Menores con mucho más que derecho de pernada, el de poder ejercerlo incluso con la muerte de la victima. Menores “comprendidos” por una cohorte de ganapanes de la política y la justicia, que tiran por el camino de en medio culpándonos, no faltaría más, a la sociedad en general. Que piden piedad para quienes, dicen, sufrieron en una familia desestructurada.
Vuelven a los mismos argumentos quienes se jactan de ser pragmáticos, quienes justifican todos los puntos de vista, quienes hablan de consenso de miserables, pero lo hacen con nuestros sufrimientos, con nuestros dineros.
Aquí la responsabilidad hace años que se desprestigió desde las instancias del Estado. Lo políticamente correcto es llevar a sus ultimas consecuencias el libre albedrío, pero sin asumir ninguna responsabilidad. Esto es lo progre, que nos llevan vendiendo una legión de hipócritas. El esfuerzo, el sacrificio, el tener deberes y no solo derechos, todo esto es arcaico, retro, facha.
A esta legión de plañideras les importa poco el sufrimiento ajeno, sí el seguir ocupando puestos para chupar del presupuesto. Ni los millones de firmas recogidos por la familia de Mari Luz removieron sus mezquinas conciencias. Vuelven a las andadas para que traguemos con ruedas de molino; susurrándonos que la violación de la niña de Isla Cristina no fue cometida por otros seres humanos, fue la “sociedad”, “el sistema”, culpable de arrojar a estos y a otros “angelitos” a la depravación, al delito y al crimen.
Por ello la progresía sigue pidiendo más medios, mas presupuesto, para defender a estos “seres indefensos” de todos nosotros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando les den en tó er pepe, verás como les duele.