jueves, 29 de enero de 2015

Recordando a las víctimas del Holocausto


La Organización de las  Naciones Unidas (ONU) surgida tras finalizar la segunda Guerra mundial constituida por 51 países, adquirieron el compromiso, entre otros, de mantener la paz y fomentar los Derechos Humanos. Para ello viene programando un día, una semana, o un año; a un asunto relacionado con el objetivo de paz y derechos humanos.
El pasado martes, 27 de Enero, ha estado dedicado, al igual que en años anteriores, a la Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto. En España, además de una celebración Institucional, colaboran distintas organizaciones: la comunidad judía, la comunidad gitana, y la asociación de españoles republicanos. 
La elección del 27 de Enero es para hacerla coincidir con el aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, el 27 de Enero de 1945, construido por el régimen nazi en Polonia. Este año, al celebrarse el 70 aniversario, se han reunido en Cracovia una nutrida representación de diferentes países acompañando a un grupo de supervivientes, que constituyen la memoria viva de los que se niegan a reconocer la barbarie.
Donde fueron asesinadas miles de personas por el único delito de tener una ideología distinta, de pertenecer a una raza distinta, o de profesar una religión distinta. Fue contra quienes profesaban la religión judía con los que más se ensañaron, asesinando a más de cinco millones.
Crearon una maquinaria de persecución por los países que arrasaron, utilizando  la propaganda para señalar a sus víctimas, declararlas indeseables y hacerlas odiosas ante el pueblo alemán, que calló y consintió. 
Ya lo refería en una homilía el sacerdote Martin Niemöller

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí, no había nadie más que pudiera protestar.”

Hoy día, cuando la intolerancia y el fanatismo es noticia diaria con imágenes de sufrimiento y muerte, es bueno recordar la historia pasada para que no vuelva a repetirse.

Vivir sin libertad es la peor desgracia del ser humano. Lo decía nuestro insigne Miguel de Cervantes en "El Quijote": "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres".

No hay comentarios: