
El pasado día 19 se entregaron los premios periodísticos que concede el diario El Mundo. En sus modalidades de "reporteros y columnistas del mundo". La ocasión fue aprovechada por dos políticos invitados al acto; Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, que en sendos discursos vinieron a ensalzar lo que ellos mismo no hacen, si no que desprecian; la libertad de prensa. Subrayaba el diario las palabras de Zapatero: "Siempre he tenido muy claro que allí donde existe una prensa consistente, además de valiente; allí donde el pluralismo informativo está asegurado, los valores cívicos están llamados a prevalecer siempre". Este pluralismo que pregona ZP desde el discurso del buenísimo, del talante, y al que nos tiene acostumbrados, es todo lo contrario de lo que practica, porque utiliza diversas maneras de acallar a los disidentes. Una de ellas es marginarlos a todos los niveles, incluida la asfixia económica. Se le olvida al ínclito Zapatero mencionar los millones de euros en publicidad institucional que desde el poder se reparte generosamente entre los medios afectos (que se lo pregunten a Chávez), mientras que los críticos con el poder solo reciben migajas. Y eso que es nuestro dinero el que se dedica a financiar a los "amigos", dinero recaudado a los ciudadanos de todas las tendencias políticas. Pero nunca nos extrañaremos de este trato persecutorio, que la izquierda, la progresía, o los socialistas, han mostrado históricamente hacia la prensa. Recuperar tics del pasado parece que está en las prioridades de este Gobierno, y no se les olvida aquel "sobre el control de los medios de producción", y el de la información y el pensamiento no es ajeno a todo control. Algunos, que no hemos perdido la afición de leer, conocemos la "Ley de defensa de la Republica", promulgada durante la segunda republica española y que fue un instrumento de acallar toda oposición. Periodo de gobierno al que aspira y nos quiere trasladar Zapatero. A estos socialistas sobrevenidos, les ha importado una boñiga la libertad de prensa, y dado que ahora hay que adoptar poses democráticas, adaptan el acoso a la prensa a parámetros más digeribles, aunque a veces se les descubre la vena totalitaria más parecida a gansteril. Ejemplo: Nos acordamos de la definición insultante y vejatoria que atribuyeron a alguna prensa cuando el asunto de los GAL, "sindicato del crimen". También nos acordamos del montaje mafioso contra el director de El Mundo, y del que fueron acusados miembros del gobierno socialista. Ni olvidamos el linchamiento mediático, publicitario; incluso personal, contra los medios o periodistas que se atrevieron a criticar la versión oficial del 11M. La mayor masacre terrorista en España, y que desde la mezquindad más ruin del ser humano, se responsabilizó al gobierno de turno y no a los terroristas.
Ni somos ajenos tampoco a la censura que ejercen estos progres en los viajes y en las ruedas de prensa, idénticos a los franquistas. Invitando a las "turnees" oficiales a la prensa domesticada y vetando al resto. O negando las preguntas en ciertas comparecencias.
Igual de mentirosas nos parecen las palabras del candidato perpetuo a la Moncloa, Mariano Rajoy: "una prensa vigilante es el mejor antídoto contra el exceso, la arbitrariedad o la discriminación. Una prensa amordazada o sencillamente acosada por el poder político es el primer síntoma de una sociedad enferma". ¿Cómo es que sabiendo infinitamente más que lo aquí expuesto y padeciendo en carne propia las practicas liberticidas no hace nada para remediarlo, para denunciarlo?. Hace todo lo contrario, callarse, agarrarse al sillón de los "bien pagaos" con nuestros dineros. Sr. Rajoy, los periodistas responden ante los jueces de sus acciones, ya quisiéramos saber ante quien responde Vd. de sus fracasos electorales, de su insensibilidad por no salir en defensa de los perseguidos, o de los que no reciben el apoyo Institucional al que por decoro democrático tienen derecho.
También resulta paradójico lo que observamos actualmente en parte de la opinión pública. A día de hoy, cuando el cambio de régimen al que nos quiere llevar Zapatero: Partido único; pensamiento único; todos los medios en manos, o controlados por el gobierno; con la imposición de la Formación del Espíritu Nacional, llamada ahora educación para la ciudadanía. Cuando todo esto apesta a dictadura, la Iglesia vuelve a ser refugio de muchos disidentes con este Régimen al igual que ocurrió en una etapa del franquismo. Pero si el dictador no solía perseguir a la Iglesia, a ZP no parece disgustarle arremeter contra Iglesia y contra cualquier disidencia.
Ojala que nuestra prensa y nuestros periodistas no tengan que pagar el precio que están pagando en el país más admirado de la progresia, Cuba.
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Aquí, algunos hacemos uso de nuestra libertad de pensar y opinar, otros ni quieren ni pueden, pero no es nuestro problema.
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Ya que está de moda, el recuerdo, la memoria, pero sectaria y selectiva que es la que gusta a ZP; aquí os dejamos un par de recuerdos, pero musicales. Que lo disfrutéis.