Las
dificultades agrícolas en una comarca como el Andévalo han venido impuestas por
un terreno poco propicio y por una meteorología adversa, por ello, la llegada
de empresas extranjeras, dispuestas a utilizar mano de obra para un recurso
durante siglos abandonado, supuso un verdadero acontecimiento.
Pero
la adaptación de los andevaleños al medio se remontaba mucho más atrás que a la
llegada de Luciano Escobar o Ernesto Deligny. Adaptación que había pasado y
pasaba por el contrabando, el estraperlo. Y donde nace una nueva comunidad con
sus carencias y necesidades, allí prospera un comportamiento considerado
habitual.
Pero
si en la mayoría de los casos este comercio de menudeo entre una frontera y
otra fuera una necesidad de supervivencia, también, estando bien organizado,
podía contribuir a cierto grado de prosperidad.
José
Antonio Gómez Marín, en un escrito de 2004, viene a relatar los comienzos de Francisco
Limón Rebollo (alcalde de Alosno, diputado provincial, y gobernador civil de Huelva) que, “enamorado
de una prima ricacha del pueblo, (Bella Caballero Rebollo) hubo de buscar
fortuna con las dificultades que presentaba para esa hazaña un pueblo que vivía
prácticamente de la minería y del contrabando. Su ocurrencia fue, precisamente,
“organizar” este tráfico inocente –hablamos fundamentalmente de contrabando de
café y otros productos coloniales portugueses—con tan espectacular acierto que,
en muy pocos años, la “empresa” pudo especializarse en la compra de concesiones
mineras y en un negocio próspero que resultaría definitivo para la suerte de la
familia: el arriendo de los “consumos”…”
Si bien
quienes cruzaban el Chanza eran hombres, inclusos niños de 14 o 15 años, las
mujeres se dedicaron más a su distribución una vez descargadas las mochillas
repletas que venían de Portugal. Ellas entregaban los encargos o lo hacían llegar
a la capital, y los mochileros a reanudar una nueva partida con nuevos
encargos.
Como comenta
Gómez Marín, eran principalmente mercadería de ultramarinos, siendo el artículo
más demandado el café, que Portugal importaba de sus colonias, y entre nosotros
tenia gran demanda, al igual que azúcar, o harina.
Continuará...
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