Con
este primer artículo queremos dar cuenta de otros cometidos llevados a cabo por
las compañías extranjeras en Tharsis, y que pusieron en marcha igualmente en La Zarza y Corrales. Aunque de
la etapa francesa se dispone de menos documentación, lo que es comprensible por
el periodo más corto de actividad, y por su menor importancia económica. Para ello recurrimos a noticias recogidas por la prensa de la
época, y sobre dos cuestiones importantes no relacionadas directamente con la
actividad laboral: la escolarización, y el transporte de viajeros a partir de
1881. Somos también conscientes que el abordaje de estos asuntos, por su
importancia y repercusión, se prestan para ser estudiados en profundidad.
Comentaba
S.G. Checkland en su libro "The Mines
of Tharsis. Roman, French and British enterprise in Spain", el elevado
grado de analfabetismo entre los trabajadores de la Compañía. Situación que ya detectaron los
franceses a partir de 1853, y que la Tharsis Sulphur se propuso mejorar con el
establecimiento de escuelas en los poblados mineros. Conforme aumentaba la
producción por la demanda de materia prima y acudía mano de obra a los
poblados, esta se fue estabilizando en la medida que garantizaba futuro laboral
a cientos de trabajadores. Aparecieron nuevas familias aumentando también el
número de niños.
Los
británicos, al tomar las riendas de la explotación en 1866, después del acuerdo
al que llegaron con Mercier, no sólo recibieron de los franceses los distintos
tajos e instalaciones mineras, igualmente otras instalaciones al servicio de la
población: casas, Iglesia, Hospital, Escuela. Instalaciones que fueron
mejoradas o renovadas con el tiempo. Aunque la vivienda fue motivo de conflicto
en muchas ocasiones.
Es indudable que las compañías extranjeras que explotaron Tharsis y La Zarza favorecieron la escolarización. Aunque este interés lo manifestaran los ingleses premiando a los alumnos, como queda recogido en una crónica de "La Provincia" de 1881, bien pudiera ser que este comportamiento de premiar la asistencia y aplicación del alumnado lo iniciaran los franceses. Quienes hemos conocido premios en metálico o con juguetes, que nos suponían gran alegría, no menos disfrutarían los alumnos en 1881 cuando los premios consistían en ropa o dulces. Incluso es de destacar la trascendencia dada al acto, celebrándolo en la Plaza del Casino, inaugurado el año anterior, y con la actuación de una banda de música aún en sus comienzos.
Si el grado de apoyo dado por los ingleses a la educación, es del que tenemos más documentación, desconocemos la importancia dada por Deligny y Mercier, únicos directores de la etapa francesa. Sabido es que entregaron una escuela en funcionamiento, establecida seguramente, en los alrededores donde después se construiría la "Escuela Grande". Del "conde de Alosno" tenemos constancia que en la construcción del "Alosnito", poblado construido para explotar la mina del Lagunazo, se dispuso la construcción de escuelas para acoger a 200 niños de ambos sexos, con maestros pagados por la “Sociedad de minas de cobre del Alosno”, al igual que ya estaba haciendo la Tharsis Sulphur; según queda recogido en una memoria de 1883. Este poblado se diseñó con un planeamiento muy alabado por urbanistas.
Si el grado de apoyo dado por los ingleses a la educación, es del que tenemos más documentación, desconocemos la importancia dada por Deligny y Mercier, únicos directores de la etapa francesa. Sabido es que entregaron una escuela en funcionamiento, establecida seguramente, en los alrededores donde después se construiría la "Escuela Grande". Del "conde de Alosno" tenemos constancia que en la construcción del "Alosnito", poblado construido para explotar la mina del Lagunazo, se dispuso la construcción de escuelas para acoger a 200 niños de ambos sexos, con maestros pagados por la “Sociedad de minas de cobre del Alosno”, al igual que ya estaba haciendo la Tharsis Sulphur; según queda recogido en una memoria de 1883. Este poblado se diseñó con un planeamiento muy alabado por urbanistas.
Sea
como fuere, pocos pueden recordar estas entregas de "premios" institucionalizados
por la empresa más allá de la “señorita”.
Es por tanto una actuación adoptada por la Compañía que ha quedado en la memoria colectiva, y
Phyllis Gray como “embajadora” de la empresa.
Independiente
del coste económico de la construcción y mantenimiento de estas escuelas, hasta
veinte maestros llegó a tener en nómina la Compañía a
finales del XIX. Y
así como los franceses abrieron las escuelas para los hijos varones de los
trabajadores, los ingleses ampliaron la escolarización a las muchachas en 1872,
e impartieron clases para los hombres.
Estas
actuaciones, que ya hemos calificado de
labor social, fueron adoptadas desde el principio por parte de las empresas,
siendo así, que a finales de siglo XIX ya funcionaban otros servicios con la Tharsis Sulphur : Casino Minero,
Cooperativa de consumo, Caja de Ahorros, Banda de música, etc.
Nos
dicen de Tharsis:
"El
domingo 4 de los corrientes, día en el que el gremio de barreneros celebra a su
ilustre patrona Santa Bárbara, y después de una solemne función religiosa, tuvo
lugar en la Plaza
del Casino, la distribución de premios a los niños de ambos sexos de las
escuelas católicas. Presidió el acto el dignísimo Director de este Centro
Minero, su simpática señora e hija, y después de un brillante discurso alusivo
al acto, que leyó el capellán del establecimiento, el Sr. Director distribuyó entre
los agraciados los premios a que se habían hecho acreedores por su asistencia y
aplicación, consistente en ropa, dulces y otros objetos.
Una
improvisada orquesta, dirigida por el entendido profesos Sr. Sanz, amenizó el
acto juntamente con las salvas de los barreneros, terminando este con
entusiasta vivas al Sr. Director, que también sabe armonizar el fomento de los
intereses confiados a su cuidado, con la enseñanza de la juventud y el respeto
al sentimiento religioso de este país, que lo honra con sus más vivas
simpatías, pequeño, ¡pero elocuente tributo de su gratitud!"
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