Se cumple por estas fechas el 195 aniversario del nacimiento de Ernesto Deligny. Publicamos ahora en Facebook el trabajo del historiador Jean-Louis Bordes, que ya habíamos publicado en 2011. El original está escrito en francés, y aunque somos responsables de esta traducción, lo pueden consultar aquí.
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Ernesto Deligny, un
ingeniero del siglo XIX: 1820-1898
La vida de Ernesto Deligny
ocupa la mayor parte del siglo XIX. Su carrera de ingeniero se inscribe en el
2º periodo de la Industrialización. Caracterizado por la variedad
de sus actividades, los lugares donde se desarrolla, y los compromisos que le
sustentan. Del tipo de ingenieros que formaba entonces La Escuela Central de
las Artes y Manufacturas, fundada en 1829. Aunque no disponemos de toda la
información que hubiera sido deseable, pensamos que era necesario hablar de
esta aventura humana y técnica.
Origen y Formación:
1820-1842.
Ernesto Deligny nació el 4 de
mayo de 1820 en París. Su padre, Fernando Deligny, comerciante, vivía en el nº
18 de la calle Basse de Orleáns, en el barrio San Denís. Su madre fue Margarita
Ardaillon. Al menos se le conoce un hermano. En la época de su entrada en La Escuela Central ,
su padre es propietario en Calonges (Cantón de Autrey) en Haute-Saóne. Parte de
sus estudios los realiza en el Colegio de Gray, del mismo departamento, desde 1835 a 1839.
Volvió a la Escuela Central de
Artes y Manufacturas el 4 de enero de 1840, después de haber superado un examen
de admisión el 4 de septiembre de 1839.
De allí salió el 15 de agosto
de 1842, Diplomado en la especialidad de Metalurgia. No se sabe con qué rango.
La promoción constaba de 48 alumnos, de los que 29 fueron Diplomados, los otros
Certificados (cualificación de menor relevancia). 120 alumnos habían sido
admitidos en 1840. La selección a estos estudios había sido dura. Sus
compañeros de promoción se llamaban, Arquembourg, Bishoffeim, Gouvy, Hartmann,
Koechliln.
El joven ingeniero:
1842-1850
Dirigió su salida profesional
hacia la industria de los ferrocarriles, que constituía en ese tiempo un camino
lleno de futuro, sinónimo de progreso. Desde su salida de la Escuela en 1842, trabaja
como ingeniero en el estudio del ferrocarril de Dijon a Besancon. Aquí estuvo
poco tiempo, pues en 1843 se convertía en ingeniero de los ferrocarriles de
Saint-Germain y Versalles, con la categoría de Jefe de Sección; bajo las
órdenes de Eugenio Flachat, quien lo había contratado. Estaba pues, integrado
en un prestigioso equipo, de ideas San Simonianas. Y
de notable repercusión en los ferrocarriles, la ingeniería civil asociada, y
las fábricas metalúrgicas. Llegó a tratar, entre otros, con Jules Petier
(1832), y Alexis Barrault (1836), quienes marcaron su época.
En 1845 simultaneaba el trabajo
de ingeniero en la línea Paris-San Germain, colaborando en los trabajos del ferrocarril
atmosférico de Pecq a San Germain, así como en la estructura de
la estación San Lázaro. Participando en la construcción de la parte más antigua
de la estación, que aún existe, formada por cerramientos y ensamblajes. O en la
reconstrucción del puente de Asnieres.
En su necrológica, se lee “En 1848, Deligny fue el responsable
de los trabajos de reconstrucción y mantenimiento. Demostrando su pericia para
restablecer en muy poco tiempo tres vías del gran puente de Asnieres, que el 2
de marzo los barqueros del Sena habían incendiado, así como otros menos
importantes. En sólo dos días presentó el proyecto y los materiales para la obra.
Los trabajos se iniciaron el 4 de marzo, y 15 días después la circulación podía
restablecerse. Esto fue una gran hazaña en aquella época”.
Participó a continuación en los
estudios del "Puente en hoja", obra que debía estar finalizada en
1852. En el mismo año de 1848, era miembro fundador de la Sociedad Central
de Ingenieros Civiles de Francia, nombre inicial de la SCI ; y miembro del Comité de la Sociedad desde 1850 a 1851.
Era imposible un desarrollo
interesante de su carrera en el marco de expansión de la Cía. de Versalles, ya que no
obtuvo la concesión de la línea del Oeste. Ello, y el interés que los
financieros franceses habían puesto en los recursos mineros españoles, y
especialmente en los carbones de Asturias, le impulsó a viajar a España.
En 1850 participa como ingeniero en la construcción del ferrocarril
Langreo-Gijón. Siendo director de las minas de hulla de Langreo.
Se puede pensar que los sucesos
de 1851, (el golpe de estado de Luís Napoleón Bonaparte), del 2 de diciembre, y
del régimen político allí instituido, han pesado en la decisión de su aventura
española.
Continuará...
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