El pasado martes, 27 de Enero, ha
estado dedicado, al igual que en años anteriores, a la Conmemoración anual
en memoria de las víctimas del Holocausto. En España, además de una celebración
Institucional, colaboran distintas organizaciones: la comunidad judía, la
comunidad gitana, y la asociación de españoles republicanos.
La elección del 27 de Enero es
para hacerla coincidir con el aniversario de la liberación del campo de
exterminio de Auschwitz-Birkenau, el 27 de Enero de 1945, construido por el régimen
nazi en Polonia. Este año, al celebrarse el 70 aniversario, se han reunido en
Cracovia una nutrida representación de diferentes países acompañando a un grupo
de supervivientes, que constituyen la memoria viva de los que se niegan a reconocer
la barbarie.
Donde fueron asesinadas miles de
personas por el único delito de tener una ideología distinta, de pertenecer a
una raza distinta, o de profesar una religión distinta. Fue contra quienes
profesaban la religión judía con los que más se ensañaron, asesinando a más de
cinco millones.
Crearon una maquinaria de
persecución por los países que arrasaron, utilizando la propaganda para señalar a sus víctimas,
declararlas indeseables y hacerlas odiosas ante el pueblo alemán, que calló y
consintió.
Ya lo refería en una homilía el
sacerdote Martin Niemöller
“Cuando los nazis vinieron a
buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí, no había nadie más que pudiera protestar.”
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí, no había nadie más que pudiera protestar.”
Hoy día, cuando la intolerancia y
el fanatismo es noticia diaria con imágenes de sufrimiento y muerte, es bueno
recordar la historia pasada para que no vuelva a repetirse.
Vivir sin libertad es la peor
desgracia del ser humano. Lo decía nuestro insigne Miguel de Cervantes en
"El Quijote": "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos
dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los
tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por
la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio
es el mayor mal que puede venir a los hombres".
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