Que en estas fechas podamos también reunirnos con
nuestros seres queridos. Que la salud nos acompañe, y que en el nuevo año se
cumplan nuestros deseos.
martes, 20 de diciembre de 2016
jueves, 15 de diciembre de 2016
Ferrocarril de Tharsis al Odiel
Os dejamos un interesante documento
sobre el ferrocarril de Tharsis al río Odiel, rescatado de un Copiador de
cartas, y recogida en el tomo que abarca las fechas: Diciembre 1868-Marzo 1871.
Aunque la caligrafía es excelente, la antigüedad del documento y su
conservación hacen ilegibles algunas palabras. En esos casos quedan
sustituidas por interrogantes.
Ya que el documento tiene cierta
extensión, lo publicaremos en varias entregas.
**********
Ferrocarril
desde Tharsis al río Odiel.
Organización
de Servicio y cuadro del Personal.
TRACCIÓN
Y MOVIMIENTOS.
Según se demuestra por los cálculos
relativos a las máquinas, que acompañan a esta memoria, el máximo de peso que
puede remolcarse desde Corrales a Tharsis con las máquinas de dos ejes es de 85
toneladas, peso bruto. (Apéndice B).
Este resultado teórico se ha
comprobado con experimentos prácticos, de los cuales he dado conocimiento al Señor Le Bourg en carta de 28
abril 1870, de la cual se acompañe copia. (Apéndice C).
No obstante, ni el estado de las máquinas
y vías es siempre tan favorable como lo era el día citado, ni la velocidad de
quince kilómetros por hora es hoy suficiente para hacer durante el día el
número de trenes necesarios para el embarque, ni puede finalmente sostenerse
con regularidad durante mucho tiempo un servicio para el cual se presupone que
las máquinas han de prestar constantemente el máximum de su fuerza.
Así pues, para el cuadro de marcha que se propone se adopta
una velocidad media de 20 km/h, y se reduce el número de unidades (vehículos)
de cada tren a 14 vagones y el furgón.
Pudiera aumentarse la velocidad en el
cuarto trayecto (entre Fuente Salada y Corrales) hasta 25 km/h, pero al no
hacerlo así se ha tenido en cuenta la parada y maniobra del Fraile, que va
incluida en el tiempo total.
Respecto de las máquinas de tres ejes
no me es posible fijar su potencia de tracción con entera seguridad, porque han hecho constantemente
servicio en la primera sección bajo las órdenes de M Down, e ignoro sus condiciones; pero por los
resultados experimentales que proporcionan los partes diarios de estaciones, y
por las indicaciones del Señor Down se pueden establecer que con una velocidad
de 25 kilómetros hora puede remolcar en los puntos difíciles de la línea 19
vagones y el furgón.
Así pues, suponiendo constantemente en
servicio dos máquinas grandes y 4 de dos ejes (como término medio por causa de
reparaciones, etc.) El transporte diario con el cuadro que se propone de nueve
trenes, y adoptando como carga media de un vagón de mineral 4.700 kilos,
es de: (3 viajes X 19 vagones + 6
viajes X 14 vagones)4.700 = 662.700
lo cual da en 26 días de cada mes 17.200.2000,
o sean 206.762.400 al año.
Este transporte no parece suficiente
para el embarque en 1871, y por eso se ha aumentado un tren más excepcional (señalado con puntos) para el caso que este mínimo
de transporte no pudiera aumentarse.
Pero con la introducción de otra máquina
de tres ejes, el servicio podrá efectuarse la mayor parte del año con 4 máquinas
grandes y dos chicas en cuyo caso el transporte estará representado por: (6 x
19 + 3 x 14) 4.700 = 733.200. O sea, al año 228.758.400
Además, para este cálculo no se tiene
en cuenta el transporte de cáscara y cobre,
que se efectúa en los furgones, y que representa un total de 3 a 4 mil
toneladas.
Atendiendo a estas últimas
consideraciones, y a la probabilidad de aumentar en muchos casos un vagón
cuando el estado de las máquinas y vía lo permitan, parece suficiente para el
movimiento de la Línea el cuadro de marcha que sirve de base para la plantilla
del personal, y que se adjunta. (Apéndice D. E. F).
No se añaden observaciones respecto a
la marcha de trenes, cruzamientos y paradas en estaciones, distribución de
máquinas, etc., porque los cuadros gráficos y el numérico contienen todos los
detalles necesarios.
Por ellos puede verse: que el servicio
exige seis máquinas; que el tiempo de
servicio para cada una es de doce horas; que recorren un trayecto máximo de 180
kilómetros y mínimo de 135 por día; que no teniendo lugar los dos últimos
trenes excepcionales (19 y 20) todas las máquinas alternan de depósitos, siendo
por lo tanto examinadas igualmente por el Jefe de Depósito en Corrales; y
finalmente que esta circunstancia permite llevar siempre al taller de Tharsis
las máquinas que exijan reparación sin alterar el cuadro de marcha.
En los cruzamientos las paradas son de
diez minutos, con objeto de tomar agua, picar el fuego, engrasar las máquinas,
etc., y además para que los pequeños retrasos de cinco o seis minutos no
influyan en la marcha general y horas reglamentarias de los demás trenes. En
las estaciones extremas (Tharsis y Corrales) el reposo mínimo es de una hora
catorce minutos, lo cual da tiempo para la descarga y cargas de vagones, cuando
sea necesario formar el tren descendente con el mismo material del ascendente o
viceversa, como acaece frecuentemente en la actualidad.
Personal
necesario.
Número Sueldo Total
Maquinistas. (Servicio de la Línea) 6 900 5.400
Maquinistas (Maniobras en Corrales) 1 600 600
Maquinista de reserva (a)
2 750 1.500
Maquinistas (Muelle de La Punta) 1 600 600
Fogoneros (b) 10 400
4.000
Engrasadores 3 210
630
Limpiadores y fogoneros de noche 6 300 1.800
Lampista 1 210 210
Conductores de tren 6 416 2.496
Guardafrenos (c) 27 300 8.100
Bomberos
8 210 1.680
Total por mes 27.016
Observaciones.
(a) Los
maquinistas de reserva tienen el cargo de reemplazar los enfermos o ausentes.
En tanto no prestan este servicio son ajustadores en el taller.
(b) se cuenta
como fogoneros de reserva dos obreros del taller.
(c) los
trenes de quince unidades llevarán tres guardafrenos; los de 20, cuatro guardafrenos; tres en el servicio de maniobras
y dos en el muelle.
DEPÓSITO Y TALLER EN CORRALES.
Los talleres de Tharsis ejecutan todas
las grandes reparaciones y demás trabajos de importancia; y toda vez que en ellos no hay una sección exclusivamente
destinada al servicio del camino de hierro, claro es que estos trabajos serán
valorados mensualmente por el jefe del taller, e intervenida la cuenta por el jefe del depósito para que sea cargo contra el ferrocarril. Pero la
existencia de estos talleres no obsta para que en Corrales sea también necesario un pequeño taller de reparaciones, en el cual
puedan ejecutarse los trabajos de fragua, ajuste y carpintería, que no exija
que las máquinas vayan a Tharsis.
En efecto; en el depósito de Corrales
existen diariamente tres máquinas de servicio general, una de maniobra, una del muelle, y una de reserva.
Total, tres máquinas, a las cuales debe
agregarse dos grúas de vapor en el embarcadero, y una máquina fija en Corrales
para alimentación de las mismas.
Si en
Corrales no hay taller, claro es que la más ligera falta de una máquina
(fuga de vapor, ajuste de cojinetes, rotura de una placa de ballesta, gancho de
tracción, etc. etc.) exige que la máquina vaya a Tharsis; y si la avería es de
tal naturaleza que no permite el encendido de la máquina, es necesario que vaya
remolcada con perjuicio del servicio de vagones.
Si este sistema se hubiera seguido (como
en un principio se ha verificado), ni habría máquinas en número suficiente para
el transporte actual, ni habría tren alguno en que no fuera preciso remolcar un
vagón inútil o una máquina en estado de reparación.
La máquina de servicio exclusivo del
muelle tendría que recorrer 94
kilómetros inútilmente para ser reparada, y si cada ligera descompresión en las
grúas de vapor o en las máquina fijas sería
necesario pedir obreros y herramientas al taller de Tharsis con pérdida de
tiempo y jornales, e interrupciones en el servicio a cada momento. Si con
respecto al servicio de tracción
Continuará…
miércoles, 9 de noviembre de 2016
FAMILIARES DE ERNESTO DELIGNY EN THARSIS
El pasado sábado, 5 de Noviembre, tuvimos el placer de recibir a
familiares de Ernesto Deligny, pionero de la minería en la provincia. Tres de
sus tataranietos viajaron desde París para encontrarse con Amigos de Tharsis y visitar
lugares que el ingeniero francés recorriera en 1853.
En los contactos que mantuvimos,
vía e-mail, le informamos que estos lugares,
a nuestro entender, eran tres: el monte Tarse, la Sabina, y el Lagunazo.
Así se lo hicimos saber para acompañarles en este recorrido y les pareció bien.
No sabíamos del motivo concreto de su visita, aparte de querer conocer este
remoto lugar alejado de rutas turísticas. Sí nos demandaban, que en la visita
pudiéramos intercambiar información en inglés o francés, nada de español. Aquí
empezó nuestro problema, encontrar alguien que manejara estos idiomas a un buen
nivel, para dar y recibir información precisa. Recurrimos a quien domina bien
el inglés, pero a última hora nos comunicó que no podía acompañarnos, y
deprisa y corriendo nos pusimos a localizar un intérprete.
Esta visita la teníamos
considerada muy importante, pues a través de estos familiares, y de la
importancia para nosotros de su antepasado, podríamos conocer algo más de
nuestra historia. Al final nos acompañó una persona bien conocida en Tharsis,
francés de nacionalidad pero español de
adopción, Roger Roland Jund. Para el que no tengo más que palabras de agradecimiento,
porque sin su colaboración la información que hemos intercambiado no habría sido
la misma, y nos va a permitir que la
familia Deligny siga colaborando en el futuro con nosotros.
Le propusimos vernos el sábado a
las 11 AM en un lugar céntrico como el museo. Allí se presentaron, y después de
las presentaciones y los saludos de rigor me obsequiaron con una fotografía de
Ernesto Deligny de 1894. También nos informaron que están
escribiendo una biografía de su abuelo.
El personal del museo le ofreció
la posibilidad de girar una visita, donde le mostraron libros de contabilidad
de la etapa francesa de Tharsis.
A continuación marchamos a la
primera etapa de nuestro itinerario, el monte Tarse (La Divisa). Pasamos primero por los miradores de Filón Norte y
Sierra Bullones. Llegados al monte Tarse le recordamos el simbolismo de aquel
lugar, donde el nombre, por decisión de Deligny, pasó a mencionar las minas y después
al poblado. Desde su cumbre intuía la importancia minera del lugar y el futuro
prometedor que imaginaba. Miramos a los puntos cardinales que relata en sus
apuntes: al Nordeste Rio Tinto, San Miguel, Calañas. Al Sureste, Huelva. Y al
Sur, Cartaya.
Continuando con nuestro recorrido
pasamos por Filón Sur y uno de los escoriales fenicios visitados en su época por
Deligny. El Cementerio de los ingleses a nuestra derecha, y saliendo por la A-495
llegamos a la Sabina.
Nos había llovido durante el
recorrido, y aquí, a la entrada de la galería,
arreció la lluvia. Optamos por traspasar la alambrada, en parte para
protegernos de la lluvia, pero en parte también, para que estos descendientes
suyos, venidos de París, cruzaran la entrada que tantas veces debió transitar
su antepasado. La Sabina es el más claro ejemplo de su labor pionera.
Despertando en el siglo XIX el interés por
nuestra minería más allá de nuestras fronteras.
Refugiados en su interior, le
explicamos el fracaso minero de esta acometida, pues durante su construcción no
encontró los filones de mineral que pensaba. Constituyendo un revés para la sociedad que dirigía Duclerc, y para él, incluso
quebranto económico personal.
Desde allí salimos para visitar
el Lagunazo. Como la meteorología era de lo más impredecible, estando en el
mirador nos cayó una buena tormenta. Mojados, corrimos a los coches, y cuando
decidimos, con los vehículos en marcha, dar por finalizada la visita, cesó la
lluvia y volvió a salir el sol. Por lo que continuamos con el recorrido. El
acceso al Alosnito no es posible. Donde los restos de las construcciones están
invadidos por la maleza, y apenas se distingue el trazado de su planificado
urbanismo.
Terminada la visita, optamos por
almorzar. Y entre comida y sobremesa, el Señor Gervais contestó amablemente a
nuestras preguntas. Nos despedimos a las puertas del restaurante y quedamos emplazados a
seguir en contacto.
miércoles, 5 de octubre de 2016
"Calígula" en Tharsis
Quienes hayáis
visitado el museo de Huelva habréis visto a la entrada el torso de una estatua
con indumentaria militar, que bien representaría a un alto personaje de la
Hispania Romana. Los detallados adornos esculpidos en el mármol denotan la
importancia de la escultura.
Esa
misma importancia, creemos, debería tener la población donde fue expuesta, y
donde otros muchos restos arqueológicos dan fe de un asentamiento romano en
Tharsis. Aunque otros restos hallados
confirman la explotación de las minas antes de la dominación romana, no fue
hasta la etapa de la Hispania Romana, que dio comienzo unos 200 años a. de C.
cuando la minería, en esta parte del Andévalo, alcanza su más alto grado de
planificación y desarrollo. Con la utilización de ingenios que permitían elevar
la producción.
Estos
hallazgos arqueológicos, desde cerámicas, estatuas, tumbas y utensilios;
manifiestan el grado de organización y estatus que se disfrutaba en la zona, y
donde algunos investigadores sitúan la
mansio Ad Rvbras del Itinerario Antonino.
Con
la invasión musulmana se abandona
totalmente la actividad, y tienen que pasar varios siglos hasta que el
duque de Glücksberg encargue al ingeniero de ferrocarriles Deligny, que visite
la zona.
Descubrir
restos arqueológicos durante una actividad laboral es algo fortuito, y las
empresas mineras establecidas aquí desde el siglo XIX, tenían como interés
prioritario la explotación de la pirita, y cuestiones históricas no le iban a
impedir continuar con su cometido.
Tampoco
el interés por estas cosas de nuestros antepasados es el que se tiene hoy día,
pero lo cierto es, que muchos mineros del siglo XX ya, fueron protagonistas de
estos hallazgos. En el desempeño de sus trabajos descubrieron tumbas, estatuas,
y cerámicas. Algunos conservados y expuestos para admiración de todos. Otros en manos privadas.
Alguien
que participó en estos hallazgos fue Francisco González Pérez (Francisco
“Pura”. Tharsis 1935). Al mando de una 33 Ruston Bucyrus, cuando realizaba
trabajos de desmonte en Filón Sur, al remover con el cazo un pozo romano, cayó
por la pendiente del banco una piedra de un color distinto a las del terreno, y
que por sus rasgos y dimensiones parecían la cabeza de una estatua.
El
peón que acompaña al conductor de la
excavadora, también se percató del descubrimiento y acudió a comunicarlo al
encargado del grupo, Miguel Viñas, para que se hiciera cargo del busto, que
aparecía cubierto y sucio de tierra. Él y el peón, estuvieron atentos a las
siguientes maniobras de la excavadora por si aparecían más restos. Este busto
está depositado en el Museo de Huelva, y una vez restaurado y catalogado,
pertenece al Emperador Cayo Cesar, “Calígula” (año 12 al 41)
Muchos
otros hallazgos se han venido produciendo en Tharsis desde antiguo, principalmente
por Filón Sur. El empleo de maquinaria pesada que toda actividad minera
requiere, permite acceder rápidamente a
las labores que por distintas circunstancias dejaron inacabadas los antiguos:
baja ley del mineral, dificultades técnicas, o fin de la actividad. Y los
estratos que no fueron explotados durante tantos siglos, han sido descubiertos
por los mineros modernos con sus
imponentes máquinas.
Estas
tareas, que durante más de 140 años se ha venido desarrollando en Tharsis, ha
podido poner al descubierto muchos otros restos arqueológicos que, o bien han
sido arrasados, o convertidos en estéril.
Francisco
“Pura”, al igual que otros obreros de la
Compañía, empezaron a trabajar bien jóvenes. Eran épocas del pleno empleo y
ayudar a la economía doméstica era casi una necesidad. En su caso, el “maestro”
fue su padre, Pedro “el pescador”, que lo tuvo a su servicio como peón, y se
fue habituando a verse entre maquinas, cables, y camiones. De su padre recuerda
también los muchos restos arqueológicos que se descubrían manejando la
excavadora, pues durante el tiempo que estuvo acarreado tierras auríferas para
la Planta del Oro, más de una vez le llevaba a casa alguna “lucerna” que había
encontrado. Así se fue introduciendo en el oficio que le traspasaría años más
tarde, conductor de una Ruston. Oficio del que se jubiló en 1999.
miércoles, 18 de mayo de 2016
FOTOS AÑOS 60
Circula por Tharsis una colección de
fotografías facilitadas, al parecer, por un familiar de algún directivo de la
empresa minera.
Se contemplan distintas escenas del trabajo
diario con camiones y excavadoras en Filón Norte. Tareas de perforación, o
trabajos mecánicos en Talleres.
Aunque las fotografías no son muy antiguas,
pues se pudieron tomar entre finales de los
60 y principios de los 70, cuando los Velge y
Strauss estaban al frente de la empresa; sí reflejan, a nuestro parecer, el
final de una etapa de prosperidad, que no por menos anunciada estaba ya
detectada; que desembocaría en la gran crisis de los años 80.
Años de prosperidad, no sólo en las tareas
propias de la minería. Recordemos también otras actividades propiciadas por la
empresa, con ayuda estatal en algunos casos y en otros no. Las agropecuarias en
la Tiesa. La construcción de viviendas, que llegó a emplear mucha mano de obra
para trabajos en Tharsis y Alosno. La reparación de los puentes del
ferrocarril, en los trazados desde Tharsis y desde la Zarza
Se diseñaron grandes proyectos para
elevar la producción de pirita, que pasaba por la unión de Sierra Bullones con
Filón Norte. El desplazamiento de la población, empezando por el Casino Viejo.
En Filón Norte los sondeos aseguraban reservas
de mineral para muchos años. El transporte de mineral se hacía con las
nuevas locomotoras Alsthom, que habían desplazado la tracción vapor. El
futuro se veía tan halagüeño que se invirtió en nuevos camiones, excavadoras, y
locomotoras. Hasta se hizo el pedido para la Alsthom Nº 72 que nunca llegaría a
Tharsis.
Pero como la materia prima para la obtención
del ácido sulfúrico se desplazó a un subproducto de las refinerías, y los
metales nobles que contiene lo son en proporción nada rentables, los nubarrones
de la crisis aparecieron en el horizonte.
También la entrada en la Comunidad Europea
tenía sus contrapartidas, y al acceder a un mercado global, la subvención para
seguir vendiendo nuestra pirita en vez de la que se producía en otros países a
menor coste, desapareció. Fertiberia dejó de ser nuestro obligado cliente, lo
que acabó por finiquitar una actividad que había comenzado 146 años
antes.
Al desaparecer la minería arrastró en su caída
ilusiones y futuro. Cogió a líderes e instituciones con deberes por hacer y la
juventud quedó expuesta a la incertidumbre, el desarraigo y la emigración.
Ni el traspaso de todas las concesiones
mineras a los propios trabajadores, que pasaron a ser dueños de yacimientos e
instalaciones, constituidos en sociedad anónima laboral, iban a evitar el fin
de la minería.
Aunque se quiso exprimir el
“monocultivo” que se seguía practicando entonces, cuando ya vivíamos en
democracia y siendo dueños de nuestras competencias. No podía haber
continuidad, y sin alternativas, la muerte anunciada llegó al fin.
Estas fotografías nos hacen recordar aquella
etapa, pero debería servir no sólo para saber donde están nuestras raíces,
también para reconocer cuan irresponsables hemos sido con nuestra historia, con
nuestro patrimonio; que ha sido vendido o arrasado. También, para aprender que
los problemas, al menos en el aspecto económico, casi nunca se presentan de
golpe, siempre hay pequeños indicios, llamadas de atención, que a un observador
atento le puede advertir lo que está por llegar. Desde hace años, somos
nosotros, quienes libremente designamos a quienes queremos poner al frente de
nuestras instituciones.
miércoles, 27 de abril de 2016
Un poco de actualidad
Estos días hemos conocido la
desaparición de una página Web, “por Andalucía libre”, en la que solíamos
entrar para informarnos. Donde se describe la situación andaluza:
“Esta revista digital nació en
2006 con el fin expreso y explícito de ayudar al cambio en Andalucía en
dirección a una sociedad abierta, culta, tolerante y próspera. Teníamos
enfrente a todo un régimen monopartidista impuesto subrepticiamente a los
andaluces tras la fachada de una socialdemocracia moderna. Lejos de respetar a
los ciudadanos y sus derechos y libertades, a la democracia y sus reglas
básicas de convivencia, aquel PSOE, del que es heredera hoy Susana Díaz con el
inesperado y decepcionante apoyo de Ciudadanos, intentó y logró penetrar todos
los recursos y resortes de la sociedad andaluza, desde su economía y agentes
sociales a sus medios de comunicación, desde la administración pública a la
sanidad o la educación, desde la justicia a la sociedad civil.
Apenas nada ha quedado fuera
de su injerencia y/o control directo y pocos han podido y/o querido escapar de
esta asfixiante y perversa presión más propia de regímenes populistas. Su
apropiación de los símbolos andaluces y de la esencia política e histórica de
la región andaluza fue la consecuencia. Mutatis
mutandis, el PSOE ha sido a Andalucía y a los andaluces lo que el
nacionalismo catalán ha sido a Cataluña y a los catalanes en el aspecto
identitario, en el aspecto de control y presión e incluso en el aspecto de su
corrupción”.
Ahora, que el “mantra” de lo
políticamente correcto lo envuelve todo y a todos, no parece sí no que la única
verdad es la oficial, la que emana del poder, por supuesto. Decía el
expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, que “en Europa es muy fácil hablar de
paz y muy arriesgado hablar de seguridad". Claro, y en España mucho más.
Paz, bendita palabra que
pronuncian desde los humildes hasta los asesinos. Cuantos actos se organizan en
su nombre para no hablar de lo que denuncia Uribe. Cuan compungidos nos
manifestamos por cualquier guerra, pero no decimos cómo acabarla. Cuánto dolor
nos trae, ahora, recordar la que ni siquiera vivimos; pero fingir es preferible
a separarse del redil.
Se retuerce el lenguaje y se
miente para parecer lo que no se es. Donde periodistas y medios transigen para
no ser tachados de desafectos.
La celebración del 4º centenario de Cervantes, como en cualquier
otro acto, es aprovechado por los políticos de turno para cimentar la losa de
la corrección política. Y argumentando que no desean “politizar” la
celebración, montan una astracanada en el Parlamento que hasta el “manco de
Lepanto” estaría revolcándose de desprecio en su tumba. Todo para que nadie se
moleste y así pescar a diestra y siniestra.
Como sí don Miguel de
Cervantes no se hubiera señalado políticamente, nos guste o nos disguste.
Primero como militar, luchando por España, la religión y su Rey. Después,
soportado un penoso cautiverio que pudo haber evitado renegando de su fe. Y
terminando, porque nadie como él dio tanto esplendor a nuestro idioma, el
español, hoy día despreciado y perseguido en algunos territorios de España.
Vamos, que desde el parlamento
inglés tratan a Shakespeare con la bufonada que ha sido tratado Cervantes, y se
les cae el pelo.
Esto de engañar hasta llegar a
la poltrona, o estando en ella, es tan antiguo como el mundo, por mucho que no
lo queramos ver. Discursos serviles para cazar incautos se divulgan
diariamente. Incluso se siente tal desprecio por las personas, que públicamente
se confiesa que la manipulación se practica para vendernos una mercancía que
nadie compraría en su sano juicio. Al estilo del líder de Podemos, que ante las
cámaras no se corta para decir que “para follar uno se desnuda, y para ligar se
acicala bien”. Así, cuando con lo segundo le has dado tu voto, de lo primero
“no te salva ni Mackay”.
Lo dijo su admirado Vladímir:
“la mentira es un arma revolucionaria” y, o te la crees, o te mandan a
disfrutar al GULAG.
Pero que estos políticos renieguen
y desprecien al autor de la novela más universal de la literatura, refleja
meridianamente la catadura de semejantes representantes. Claro ejemplo de la
ineptitud para alcanzar ningún buen propósito. Si lo que es reconocido a nivel
mundial, que D. Miguel de Cervantes Saavedra, con su Don Quijote de la Mancha,
influyó en toda la literatura posterior hasta nuestros días; qué cabe esperar
para que alcancen acuerdos en cuestiones más mundanas; donde cada partido
político tiene dos y tres opiniones distintas.
Aunque todo progresa
aceleradamente por la realidad virtual que disfrutamos. Y cualquier
acontecimiento se adereza adecuadamente para que no olvidemos quienes son los
buenos y quienes los malos.
Pues que siga la fiesta.
miércoles, 6 de abril de 2016
AQUELLAS DIVERSIONES DE LA INFANCIA. (Poner los pájaros)
Cuando en Tharsis se disfrutaba del pleno
empleo, nuestros padres, después del trabajo en la Compañía , podían
canalizar su tiempo libre en las pocas actividades disponibles entonces. La afluencia
al Casino, sobre todo los fines de semana, era ampliamente secundada. Había también
algunos colectivos donde participar: Las Hermandades de Santa Bárbara o de la Peña , el Club Atlético
Tharsis; o formar parte de los Comités de Empresa que periódicamente resultaban
elegidos en el trabajo y por categorías.
Nosotros, los hijos, debíamos de buscar
alternativas para jugar y divertirnos cuando salíamos de la Escuela Grande ; siempre que
nuestro padre no nos hubiera apuntado a clases particulares. Pero esa era la tónica
general, que las tardes las teníamos ocupadas con las clases de D. Manuel Rojas
o Juan el Pintor, entre otros. Estas clases de apoyo, complemento de nuestra
escolarización organizada por la
Compañía , tenía gran aceptación entre nuestros padres, aunque
la pedagogía utilizada fuera “la letra
con sangre entra”.
Pero incluso después de tener las tardes
ocupadas sacábamos tiempo para organizar nuestras diversiones; sobre todo en
verano, cuando los días eran más largos que las noches.
Muchos de nosotros nos iniciamos en la caza de aves de canto:
jilgueros, jamases, verderones y chamarices. Esta afición, que aprendimos de
los mayores, o de nuestros padres, nos llevaban a practicarla por nosotros
mismos organizándola a nuestra manera.
Primero teníamos que preparar la “liria”, el pegamento
utilizado para que a las aves se le pegara las plumas y al no poder volar
quedaran a nuestro alcance. Para ello recorríamos el pueblo buscando suelas de
zapato que llamábamos de “crepé”, o de “tocino”. Eran zapatos de cierta clase, no
utilizados por la mayoría, porque lo que más encontrabas eran suelas
confeccionadas con restos de neumáticos.
Después de conseguir algunas suelas,
mayormente de zapatos de niños, teníamos que hacer un fuego en una lata. Echábamos
el “crepé” en pequeños trozos que removíamos
con un palo, y cuando creíamos
que estaba a punto le añadíamos un poco de "perrubia". Seguíamos
moviendo hasta que la pasta se homogenizaba, se apartaba del fuego y dejamos enfriar.
La prueba definitiva venía el día que íbamos
a poner los pájaros. Cargados con nuestro “arbolete”, nuestras jaulas de los
reclamos, con nuestro jilguero favorito; acostumbrado a cantar en el campo. Nuestro
"jama" del año anterior, con la pechuga granate, y nuestro buen
ramillete de cardos. Ese día te levantabas más temprano que de costumbre sin
que nadie te llamara, y cuando apenas empezaba a amanecer, marchabas a los
sitios de costumbre. Los más cercanos: el Huerto el Buche, el pozo de las
Culebras o el dique Grande. Los más lejanos: el cerro de los Gatos, el puente
de la Lechera ,
o la Peñita.
Una rama de jara, más fina que un lápiz, a la
que quitabas la corteza, nos servía para confeccionar las “varetas”. Después,
con los dedos impregnados en agua o saliva,
la cubríamos con liria dándole vueltas. Terminada esta operación se
sujetaba con la boca por un extremo para buscar un trozo de "gamón", de
dos a tres centímetros, que nos servía para unirla al arbolete.
Cuando lo teníamos “adornado” con cinco o seis ”varetas”, a modo
de perchas donde se posarían las aves a la llamada de nuestros reclamos, o de
nosotros mismo imitando un reclamo; nos tocaba esperar escondido a cierta
distancia entre algunas matas de jara o un paredón.
Para que se diera bien el día, el tiempo
tenía que acompañar. Primero que pasaran pájaros. Que tampoco hiciera mucho sol porque brillaba
la “liria”, se asustaban y pasaban de
largo o posaban en el suelo. La niebla tampoco era buena, porque el rocío se
depositaba en las "varetas" y no pegaban.
Esto, que hacíamos siendo niños, ahora nos
parece cruel. Aunque hoy día también se estila ir de pesca y una vez capturado
el pez ponerlo en libertad, las aves que capturamos de esta forma, una vez
llegados a casa las soltábamos; menos el jilguero más bonito, que lo preparamos para el reclamo o para la “jarilla”.
lunes, 21 de marzo de 2016
A los 65 años de la Banda de música.
Este mes de
Marzo se cumplen 65 años de la última actuación de la Banda de música de Tharsis.
Aunque en
1941 la abandonaron muchos de sus componentes porque marcharon del pueblo, la
visita en 1951 de la virgen de Fátima volvió a congregar a una Banda ya
reducida.
La virgen,
transportada en un camión por la comitiva, fue recibida en la cuesta del
puente, y al llano de correos acudió el pueblo a recibirla. Desde allí,
comitiva, Banda y público, marcharon en peregrinación.
Después fue
llevada al paseo, donde se instaló un
improvisado altar en la fachada del casino que estaba en construcción,
inaugurado siete meses más tarde.
Si bien
desde los años 50 en Tharsis se disfrutaba del pleno empleo y Doña Maria la
partera no paraba de visitar casas para
ayudar a las parturientas, los nacidos por esas
fechas y posteriores no relevarían a los músicos que quedaban.
Aquella
actuación en Marzo de 1951 sería la última. Se recogieron los instrumentos y
Tharsis perdió para siempre su Banda de música. Aunque en la década de los 70
hubo un intento entre un grupo de jóvenes aficionados a la música para una
nueva agrupación, no se contó con el apoyo y el
interés necesario.
Os dejamos
la entrevista a Juan Blanco, publicada en 2008.
*************************
Preguntas
1) ¿Nombre y lugar de nacimiento?
Juan Blanco Estévez. Nací en Tharsis el 24 de Abril de
1923, en la calle Sevilla. (85 años).
2) ¿En qué departamento de la Compañía
trabajó Ud.?
Empecé
trabajando en 1938, con quince años. Comencé en el teléfono, en la oficina
General. Luego pasé a la oficina de Talleres, en tareas administrativas.
3) ¿Cómo fueron sus comienzos para
actuar en la Banda?.
La Banda, que funcionaba desde los años 20, atraía la
curiosidad entre los más jóvenes, que asistíamos a sus actuaciones fomentando
con ello nuestra afición. Algunos incluso ayudábamos a los músicos sosteniendo
las partituras entre las manos, a modo de improvisado atril.
4) ¿Desde cuándo formó parte de la
Banda?
Entré a tocar con 12 años. Recuerdo que mi primera
actuación fue el 1 de Mayo de 1935, tocando pasacalles por el pueblo. Esta era
una festividad que se celebraba bastante.
5) ¿Tenia la Banda algún nombre?
No, éramos la Banda de música de Tharsis
6) ¿Qué instrumento tocaba Ud.?
Aparte de que era capaz de tocar todos los instrumentos,
lo que más toqué en mi etapa de músico fueron el clarinete y la trompeta. Pero
empecé tocando la flauta.
7) ¿Cuando solían tocar y donde?
Todos los domingos y festivos tocábamos piezas de
concierto, en los sitios de costumbre: El Casino Viejo, y frente a Correos.
Aquel lugar era donde acudía la gente de Tharsis a pasear. Los días que
tocábamos estaba muy concurrido.
Cuando ponían cine en el Casino, pues como era mudo no
distraía al público.También tocábamos en el llano, donde está ahora el actual Casino. En los partidos de fútbol, siempre que se marcaba un gol, fuera el Tharsis o el equipo
contrario. La Banda tocaba también en algunos entierros, cuando el fallecido era una persona joven.
8) ¿Cuáles eran las fiestas más
señaladas en las que tocaba la Banda?
Pues parecidas a las de ahora: Estaba la Velada, que era
de las más importantes, y que la organizaba la sociedad del Casino Viejo, que
al igual que hasta hace unos años, la Compañía cooperaba aportando material
para la instalación y dinero para la financiación. Dos festividades que antes
se celebraban mucho eran San Benito y la Peña. El lunes de San Benito casi no
se trabajaba en Tharsis. La Banda nos situábamos en la cuesta de la Posada,
dirección al Cerro de los Gatos, que por allí solían acudir los caballistas. Se
instalaban puestos de bebidas y en los alrededores se
concentraba mucho público. Por la celebración de la Peña, la Banda se
desplazaba a la Huerta Grande, que era el camino que seguían los peregrinos que
iban, sobre todo andando, a la patrona de la Puebla. Allí esperábamos a la
caballería y a los que regresaban a pie.
9) ¿Tocaban siempre en los mismos
sitios?
Los domingos y festivos siempre. Al igual que cuando el
Tharsis jugaba en casa. El día del Sandalio íbamos al campo a tocar, lo mismo
que se ha venido haciendo con la Banda del Cerro. Aunque el Sandalio en aquella
época no se celebraba en el mismo lugar. En la festividad de Santa Bárbara
partíamos desde la Iglesia, la que estaba en el Pueblo Nuevo, bajábamos tocando
por Sierra Bullones, el Casino Viejo, el Corralón, el Teatro, la Plaza; después
volvíamos hasta la ermita. Esta festividad no era tan multitudinaria como si lo fue
a partir del 1936.
10)¿Qué otras actividades culturales
había en Tharsis?
Pues casi todo estaba concentrado en el Casino Viejo,
donde la directiva de la Sociedad, además de la Velada, organizaba el carnaval.
En el Casino había mesa de billar, una pianola, aparato de cine, y una
nutrida biblioteca.
11)¿Solía tocar la Banda de Tharsis en
otros pueblos?
Sí, recuerdo haber tocado en La Puebla, Cabezas Rubias,
Alosno, Paymogo, y demás pueblos de alrededores. Otra vez acudimos a tocar a la
feria de Villablanca. Hay que tener en cuenta que no todos los pueblos tenían
una Banda de música, como sí teníamos en los tres centros mineros de la
Compañía. Los desplazamientos, como éramos tantos, lo hacíamos en el camión de
Santiago, o el de José María Llanes.
12)¿Recuerda a algún director de la
Banda?
En la época que yo entré la dirigía D. José, al que
apodaban “el Carnicero”. También recuerdo a otro director, D. Manuel Reina, que
vivía en Vista Hermosa, pero él era el director de la orquesta. (D. Juan
Blanco Estévez, también formó parte de una orquesta que se creó en Tharsis, y
de la que formaban parte otros músicos de la Banda. Esta
orquesta no tenía nada que ver con la Compañía. Se dedicaba a amenizar los
bailes que se organizaban en Tharsis y pueblos de alrededores cada vez que eran
contratados, al igual que ocurre con los grupos musicales en la actualidad)
13)Hoy día la Banda de música solo
existe en el recuerdo. ¿Por qué cree que desaparece esta agrupación musical que
tanto había agradado y divertido a los vecinos de Tharsis?
Su desaparición tuvo que ver con problemas laborales. El
declive hasta su desaparición se inició hacia 1941. Recuerdo que en aquella
época la minería atravesaba por una de sus crisis cíclicas. No se exportaban
minerales y la empresa decidió reducir el trabajo a tres días a la semana, ya
que Franco había prohibido el despido de obreros. Ante esta
circunstancia muchos marcharon a realizar tareas agrícolas. Otros marcharon a
las grandes ciudades, y otros emigraron al extranjero. Recuerdo que el 14 de
Diciembre de 1941 marchó una expedición de hombres a Alemania.
Esta salida de trabajadores de Tharsis en busca de
trabajo, repercutió igualmente en la Banda, pues entre los que emigraron había
músicos. Los que se quedaron encontraron igualmente más rentable ir a trabajar
a los pueblos cercanos los domingos y festivos, antes que tocar esos días en la
Banda. Pero la última vez que nos reunimos para tocar, los que aún quedábamos,
fue el día 3 de Marzo de 1951. Con motivo de venir a Tharsis, y otros pueblos
de la provincia, la imagen de la Virgen de Fátima. Que acompañamos en su
recorrido por el pueblo.
14)¿Ud. emigró también?
Sí, en 1965 marché a Barcelona. Regresando a Tharsis en
1990, ya jubilado.
15)¿De qué forma colaboraba La
Compañía con la Banda?
La Compañía nos facilitaba los instrumentos y el
uniforme, que por cierto venia confeccionado desde Glasgow. Era de color azul
marino, compuesto de chaqueta, pantalón y gorra de plato. También nos abonaba
una pequeña cantidad, que el Director de la Banda repartía entre sus
componentes. Más que por esa gratificación, nosotros tocábamos por afición.
16)¿Cuantos componentes tenia la
Banda?
Oscilábamos entre 20 a 30. Todos trabajadores de la
Compañía.
17)¿Qué
piezas eran las más interpretadas?
Como he dicho, la Banda interpretábamos piezas de
concierto, y en algunas celebraciones también pasacalles. Cuando yo debuté, el
1 de Mayo de 1935, interpretábamos el “Himno de Riego” y “la Internacional”.
Después de 1936 interpretábamos el “Himno Nacional” y el “Cara al Sol”. También
en aquella época, a partir de 1936, acudíamos al Casino Viejo a tocar, cada vez
que anunciaban que Franco había conquistado otra ciudad. Y se organizaban
bailes.
***********************
P. D. miércoles, 9 de marzo de 2016
ARRIEROS ENTRE THARSIS Y EL ODIEL
Aunque no aparecemos por aquí hace unos meses,
por nuestra parte sigue todo bien, pero con menos ganas de escribir.
Hemos
leído el libro "El Alosno, etapa singular de un pueblo" de Miriam González
Limón. Trata, entre otros, un asunto que tuvo gran trascendencia para la puesta
en explotación de Tharsis, el trabajo de arriería. (Oficio
de arriero. Personas
que trajinan con bestias de carga) Trabajos que se venían
ejerciendo desde antiguo y que había permitido que algunas familias de
Alosno prosperaran con la explotación de este medio de transporte. Trasladar
mercancías entre España y Portugal de
forma clandestina. Este trasiego de productos entre ambos países, ya descrito
por Pascual Madoz a mediados del XIX, permitió la acumulación de capital en
manos de alosneros. Lo que no sería de extrañar, para que al promotor de la
explotación de las minas de Tharsis se le brindara todo el apoyo, incluso el
económico, en una colaboración de interés mutuo: para Deligny por las
dificultades y problemas que se le presentaron para iniciar los trabajos mineros
y el error de cálculo con la Sabina. Para
los alosneros, porque se les presentaba una posibilidad de negocio segura a
largo plazo, el traslado hasta Huelva del mineral para la exportación. Este
agradecimiento al pueblo de Alosno lo manifiesta en los Apuntes, apareciendo el nombre de uno de los
benefactores, un tal Bautista Limón.
El
inicio de la actividad minera en los entornos de la sierra “Tarse”, debió ser
aprovechado por quienes ya tenían experiencia en el transporte con caballerías,
y más al corriente estaban con las posibilidades mineras del municipio. Detectadas
años antes por Luciano Escobar, ampliarían las posibilidades de prosperar a algunas
familias.
Deligny
relataba en sus Apuntes históricos la importancia de este transporte animal para
exportar la producción de Tharsis, donde más de 2000 caballerías se utilizaron
para llevar el mineral hasta Huelva. Previamente había comprobado el calado de
la ria con la visita de un buque de
guerra francés, para que pudieran atracar barcos de mayor calado. A mayor
capacidad de carga de los buques, menos costoso el transporte.
Pero
no sólo de trasportar mineral hicieron negocio los dueños de las reatas que
iban y volvían a Tharsis periódicamente. Había que satisfacer las necesidades
de una población inmigrante de miles de almas, y al igual que hasta Huelva
transportaban un tipo de mercancía, al regreso transportarían otros productos
demandados por esa nueva población que adoptó el nombre de la explotación.
Estas
reatas transportando mineral al puerto de Huelva debió constituir un prospero
negocio para quienes desde antes de la llegada de Ernesto Deligny, ya se
dedicaban en Alosno al transporte de mercancías, bien desde el puerto de Cádiz
donde se recibían los galeones procedentes del Nuevo Mundo, bien por el contrabando entre España y Portugal, trayendo y llevando
mercancías.
En
el periodo que relata Deligny, hasta 1863, "más de dos mil barcos han
venido a cargar minerales al río Odiel" lo que constituyó una fuente de
negocio para alosneros que disponían de
caballerías que pudieron dedicar al transporte o al contrabando, como Francisco
Limón Rebollo, de quien la autora relata una curiosa anécdota transmitida entre
generaciones, relativas a que las correrías de Limón Rebollo las hacía a lomos
de una jaca torda y encima de los fardos de café. Y cuando un amigo le
preguntara porqué en un caballo así, contestaba: "Porque así me conocen
guardiñas y carabineros al cruzar la frontera, y no me dispararan a dar".
Lo que viene a demostrar la colaboración
entre guardias y contrabandista.
El
contrabando desde Alosno, contra el que clamaba la prensa, llegó a ser tan
escandaloso, que en 1881 el gobernador de la provincia trasladó hasta allí la Capitanía de
Carabineros, dotándola de una sección de caballería.
La
llegada del ferrocarril en 1871 pudo mermar el prospero negocio del transporte
en caballería, pero con la apertura a viajeros del tren minero desde 1881,
apertura en la que Limón Rebollo fue el destacado protagonista, una
incalculable mejora en la distribución de la mercancía que cruzaba la frontera
portuguesa se había puesto en marcha. Acercar los productos de contrabando a la
capital se podía hacer en el medio de transporte más rápido de la época, el
ferrocarril. De esta etapa, los que tenemos cierta edad recordamos a nuestras
recoveras cargadas de huevos y café, entre otras mercancías. Para entonces,
Limón Rebollo y otros, ya habían conseguido un importante capital y supieron invertir en otros negocios que avistaron en el horizonte: Los consumos, o
las pesquerías en almadrabas. Esta faceta mercantil de un grupo de alosneros,
está recogida en el libro. Al igual que la posible radicación en el Portichuelo
de algunas familias judías, que huyeron de persecuciones y pogromos.