jueves, 24 de septiembre de 2015

EL AYUNTAMIENTO DE THARSIS TIENE QUE ACLARARSE





Para este pasado domingo, día 20 de Septiembre,  estaba programada una ruta en bicicleta desde Corrales hasta el apeadero de la Mezquita. El cartel se editaba  con el siguiente eslogan: Por la futura vía Verde: Huelva - Tharsis. Figuraban igualmente en el cartel, los escudos municipales de los Ayuntamientos que apoyan esta iniciativa, Tharsis y Alosno entre otros; también un mapa con la pretensión de los organizadores, que la vía verde parta desde Huelva y finalice en Tharsis. Si esto no es una declaración explícita que la Corporación municipal de Tharsis abandona el proyecto de tren turístico, alguien deberá aclararlo.

Si el proyectado tramo de ferrocarril desde Tharsis a la estación de San Bartolomé, con la participación de un grupo inversor, no es todo una mentira para engañar a tanta gente durante tanto tiempo, es necesaria una pronta aclaración. Mentira en la que habría participado el PSOE prometiéndolo en cada convocatoria electoral, y con las reiteradas declaraciones en prensa del alcalde.  Se empezó con los liquidadores de la extinta Compañía de Tharsis,  a quienes se les argumentó que el interés del Ayuntamiento pasaba por recuperar el trazado ferroviario para fines turístico. Con este argumento, los liquidadores aceptaron la oferta del Ayuntamiento de Tharsis, muy por debajo de lo que ofrecían otros licitadores. Pero una vez con los papeles de venta en la mano, empezó el desmantelamiento de la vía y la venta de chatarra. A quienes protestaban se les decía que para hacer frente a ese proyecto turístico, había que obtener liquidez vendiendo parte del trazado. Y más liquidez aun,  permitiendo la  instalación de tendido eléctrico de alta tensión una vez levantadas las vías. 

Siempre tuvimos sospechas que este proyecto turístico se estaba haciendo rematadamente mal, si a propósito, o por ineptitud. Tharsis no sólo podía ofrecer atractivo turístico con ese posible tren. Las instalaciones mineras de Tharsis, y lo hemos repetido muchas veces, ofrecían una peculiaridad muy interesante para convertirlas en un museo al aire libre. Su importancia, menor que Río Tinto, hacía que los distintos departamentos de la Compañía estuvieran más concentrados: Talleres, La estación, La central Eléctrica, Garaje de las locomotoras, Planta de creosota, Planta de trituración, Embalse, etc. Todo se podía recorrer en una visita, y además se estaba promocionando sólo, sin publicidad ninguna. Acudían parejas de recién casados para  fotos de boda. Varias modelos han posado también entre maquinas antiguas. Se han rodado películas y documentales. Asociaciones de fotógrafos habían convertido las instalaciones en una cita obligada. Pero el Ayuntamiento, que dice velar por nuestra historia, arrasa Talleres, desguaza las locomotoras, las grúas puentes, la planta de trituración y todo lo que se pudiera vender al peso. Lo que en definitiva ha acabado por restar interés a ese posible pasajero que quisiera venir hasta Tharsis, por que de las instalaciones solo vería ruinas y desolación. ¿Era este el verdadero propósito, vender nuestro patrimonio por chatarra?
 

 
 


También sería distinto el interés de los potenciales viajeros del tren turístico, si la locomotora que los llevara hasta San Bartolomé fuera la “Corrales” o la “Odiel”. La “Corrales”, por si sola y por su estado de conservación, se convertiría en un reclamo extraordinario a nivel mundial, pero ya sabemos donde la tienen confinada. La “Odiel”, aparte de ser la primera locomotora que llegó a Tharsis, tampoco se puede utilizar, porque la han  cedido al Ayuntamiento de Corrales. Ni las estaciones, de donde partiría o se detendría el tren, les han merecido la mínima preocupación. La de Tharsis en ruina, y la del Empalme en ruina total. ¿Se había abandonando ya el proyecto, y por eso se rechazó contar con la “Corrales” y la “Odiel”? Pues sí que ha pasado tiempo.

Por supuesto que estamos a favor de convertir  los antiguos  trazados ferroviarios en Vías Verdes, siempre que no se pretendan utilizar. El Andévalo tiene en ello un gran potencial, donde varios ferrocarriles mineros recorrieron nuestra zona desde el siglo XIX. Y uno de los más antiguos, el de la Compañía de Tharsis. Donde el tramo El Empalme-La Zarza, que hemos tenido la satisfacción de recorrer,  nos parece de una diversidad paisajística notable, y donde se construyeron los puentes más importantes del recorrido hasta Corrales.    
 

jueves, 17 de septiembre de 2015

DE CUANDO APRENDIAMOS CON LA ENCICLOPEDIA ALVAREZ



Este libro de texto se estuvo utilizando hasta mediado de los 60 en las escuelas que la Compañía de Tharsis tenía en los tres centros: Tharsis, La Zarza y Corrales.

Varias generaciones hemos aprendido con la enciclopedia que D. Antonio Álvarez Pérez, maestro nacional de Zamora, imprimiera allá por 1951. Donde, aparte del texto incluía también los correspondientes ejercicios, y unos sencillos dibujos e ilustraciones de los que también fue primer autor.
               
Esta enciclopedia la componía tres libros: primero, segundo, y tercer grado. Y al igual que otro material, lo facilitaba gratis la Compañía. Esto le ahorraba a nuestros padres algunas pesetas de sus escasos salarios, y apenas si necesitábamos maletas cómo las tan ostentosas que se ven hoy día para ir y venir a la escuela. Era habitual que los libros pasaran de un curso a otro, aunque nos hacía mucha ilusión que al inicio del curso estrenáramos nosotros la enciclopedia.

Los Reyes Magos completaban nuestro espartano material escolar, que invariablemente constaba de la caja de lápices "Alpino", el estuche para los lápices, donde el modelo de madera abatible con uno o dos departamentos era más habitual verlo en manos de las niñas. El nuestro solía ser de plástico con cremallera, donde colocábamos ordenadamente los alpino, el lápiz, la goma, el sacapuntas y la regla.

La enciclopedia Álvarez estaba ligada a otras experiencias de aquellos años que se vivieron en los tres centros mineros, cual eran las escuelas particulares. En Tharsis los más pequeños empezábamos en la escuela "La Balsa", donde había que asistir provisto de asiento. Allí comenzaba nuestra instrucción, y que Carmen ejercía con la pedagogía de la época, "la letra con sangre entra". El palmetazo nos persuadía si no nos tomábamos aquello en serio.
Estas escuelas particulares se convirtieron en una aspiración de nuestros padres y donde nos volvíamos a encontrar muchos niños que coincidíamos por la mañana en la Escuela Grande. Las niñas eran más asiduas que acudieran al corte, donde aprendían a bordar, al punto de cruz, y a confeccionar vestiditos para sus muñecas. Sus madres les compraban un bastidor y así continuaban preparándose la dote. Estas escuelas de corte prosperaron por el pueblo, donde se hacían primorosos trabajos.   
 

No todos tuvieron la suerte de asistir a estas clases particulares. Unos, porque empezaban a ayudar a sus padres en tareas agrícolas al margen de la Compañía. Otros, porque trabajaban de pastor o porquero para ayudar a la economía de la familia.

Las diversiones se circunscribían a las fiestas que conocemos, y que con el trascurso del tiempo se han adaptado a una realidad distinta.

Cómo no había televisión, lo más moderno era la radio a válvulas, donde nuestras madres escuchaban las famosas radionovelas, y una de las más famosa fue "Ama Rosa". Nosotros, niños, sí nos gustaba escuchar en horario de noche "Matilde Perico y Periquín", que oíamos la familia al completo junto con los abuelos. Pero no siempre era posible, porque también se sufrían cortes de luz y para apañarnos se encendía alguna "mariposa".

A medida que íbamos dejando la pizarra y el pizarrín y aprendíamos a leer, la lectura era práctica diaria, al menos con D. Gonzalo teníamos que seguir la lectura en un libro compartido para cada dos alumnos. Había que respetar los signos del lenguaje, y cuando  no dabas la cadencia adecuada eras corregido. Tenias que repetirlo y entonar adecuadamente un signo de interrogación, una admiración, un punto y aparte, etc. Creo que el libro se titulaba: "Cien figuras universales".  
 
 
Es normal guardar gratos recuerdos de aquella época, pues el único problema que teníamos es asistir a clase. Solo pensábamos en jugar y pasarlo bien, el futbol era el juego favorito y se improvisaban partidos en cualquier sitio, el más cercano era detrás de la Escuela Grande,  que tenía un enorme desnivel y aun estaban en pie los restos de un antiguo lavadero. Pero así aprovechábamos el recreo, dándole patadas a una pelota de goma que cuando mandábamos  abajo, a los eucaliptos, corríamos a buscar para no perder tiempo.

En invierno, y los días de lluvia,  -que hay que ver lo que llovía antes y el frio que hacía, pasábamos el recreo en el patio, bajo el techado que había en un lateral, aunque en clase se solía estar calentito porque en la chimenea ardían gruesos troncos de leña que la Compañía acercaba a la escuela para su calefacción.  

Alguna que otra vez, en días de lluvia,  nuestras madres nos esperaban a la salida de la escuela provistas de paraguas, o con aquellos fríos impermeables de la marca "Dugan".

Si conserváis vuestra enciclopedia Álvarez, repasarla os traerá gratos recuerdos, valorando el paso del tiempo y recordando de qué forma aprendíamos y cómo nos enseñaban.
                                    
 
 

 

   

                      

 

                                                

jueves, 10 de septiembre de 2015

"No es esto, no es esto" (1)



(1) José Ortega y Gasset, uno de los impulsores de la caída de la monarquía y "padre espiritual" de la II República junto a Pérez de Ayala y Gregorio Marañón, exponía en su artículo, "Un aldabonazo", publicado el 9 de Septiembre de 1931, su desacuerdo con el sectarismo que emanaba de la Constitución Republicana, que unido a la permisividad del Gobierno por la quema de iglesias y conventos, acabó por manifestar públicamente su rechazo y vaticinar un trágico final: "La República es una cosa. El radicalismo es otra. Si no, al tiempo".

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Los resultados de las últimas elecciones municipales propiciaron, según algunos, el necesario revulsivo que la desacreditada “casta” política se había ganado a pulso.

Utilizando con fruición todos los medios para hacer propaganda de una ideología que, afortunadamente, reposa en el basurero de la historia, unos profesores universitarios han propiciado la subida de un partido instalado en el odio y el revanchismo, que defiende las dictaduras más abyectas. Aunque no menos trascendente para este auge, es la cantidad de “tontos útiles” que han encontrado por el camino y  en tantos medios de comunicación.

El sonsonete de sus soflamas les sigue sonando a música celestial a una población  cada vez más ideologizada, influenciada por los medios, y carente de espíritu crítico. Y es qué, como buenos  propagandistas, saben vender humo disfrazándolo de mercancía.

Todo está inventado. Todo se puso en práctica en 1917, y todo se desmoronó en 1989; pero es duro reconocer lo equivocado de una trayectoria, porque en el fondo, la dignidad había que perderla  para seguir en la secta.

Es imposible rebatir argumentos e intenciones tan bellas: igualdad, justicia, paz. Las utopías no son de este mundo, y por definición no se pueden objetar. Pero cuando estos demagogos iluminados han aterrizado en el mundo real, hacen y dicen cosas tan despreciables como las de quienes tanto han criticado. Abonados a sintonizar con los medios cuando difunden tragedias y miserias, reparten culpas por doquier, pero son mudos para aportar soluciones.

Utilizan y abusan del poder al que han accedido para controlar la información; para diseñar nuevas formas de propaganda; o para, disfrazando de legalidad, acabar eligiendo de asesores exclusivamente a sus incondicionales.

No pueden ser más cerriles. La máxima del socialismo-comunismo, concebido por Marx en el XIX, implicaba el control por el Estado de todos los medios de producción, y eso es inviable e imposible en el XXI. La única alternativa al capitalismo demostró su fracaso, pero aún creen en ella quienes leyeron, pero no vivieron, las "bondades" de la dictadura del proletariado.

Hoy, cuando tantos "socialistas", expertos en tapar o minimizar errores pero escandalosos en airear los contrarios han copado el poder,  no saben hacer otra cosa que servirse del capitalismo, aplicándolo de una forma u otra: con más control, con más impuestos. Y sobre todo con alegatos a los pobres, a los desfavorecidos, a traernos para todos la felicidad terrenal. Utopía en definitiva, y con utopías no se pueden ofrecer soluciones a los problemas que el capitalismo genera.

Ojala que nadie tenga que recordar el desprecio que sintió Ortega y Gasset ante la llegada al poder de unos liberticidas.
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P. D.
Os dejamos más imágenes para nuestro museo fotográfico